El susto

Dicen que perdió su espíritu por un susto en el monte
al atravesarle saetas de lamentos del pasado.
Sin él no sabe quién es.
Habrá que fumar al padre omnipotente y sagrado
para convertirlo en una columna de humo
que se divise desde lo negro infinito y profundo
del espacio.

Los niños santos jugarán al escondite ocultándose
detrás de la oreja de María para mejor escuchar
el mantra de la Sabina retumbando
sin pausas ni arrebatos ni trazas de mentira.

Hablarán los pequeñines para contar el refugio
en el que se esconde su sombra,
hablarán con la risa de los bosques en el altar de la casa,
hablarán desde un huevo de gallina,
hablarán con la dicha de quien no quiere seguir callado.
Trece son las profecías que añadirán de regalo.

 

Que el susto perezca. Saludos querida amiga. Bezasos.

 

Y así será, Agnes... la voluntad es la dueña de casi todo.
Un abrazo, preciosa.

 

Hola,
¿y que andaba haciendo en el monte?
de seguro buscando a quien cazar.
El caso es de que ya pasaron dos sustos
y aún siguen con vida.
Un gusto leerte
Saludos y estrellas
¡SONRIE!

 

Siempre es un gran placer leerte...mis cariños.

 

Eso digo yo, bonita... ¿qué estaría haciendo por el monte? jajajaaaa
Sigue vivo porque fuma mucho, estoy convencida.

Besazos, pillina.

 

Gracias, Lu. Sabes que te aprecio.

 

¿Y qué podemos añadir a lo definitivo? Sólo que estamos. Y que somos. Y que amamos.
Besos, poeta.

 

wow, iconoclasta,creo, geniales tus versos amiga poeta, un deleite, un placer...un abrazo y saludos hasta luego

 

vaya susto que se habrá dado para perder algo tan grande...
Abrazos cordiales.

 

Ariel, no sabes cómo me anima que un poeta de tu categoría me diga eso, de verdad.
Un abrazo.

 

Interesantes versos de un susto...que ojala pase en silencio y sin bombas y platillos, sin profecia y sin sentencia, que solo quede en la memoria como una brisa de sorpresa... Mis estrellas. Paloma2

 

Debió ser enorme, Sergio jajaaaa.... verás, estuve viendo algo sobre la chamana María Sabina, y decía que si ella intervenía en la curación de alguien era porque ese alguien había perdido su espíritu, su sombra.... y que eso podía ocurrir por un susto en el monte, en el río.... me pareció enormemente poético, además de verdadero, y me puse a escribir esto.
Un abrazo, y gracias por tu sonrisa.

 

Pues sí, Paloma, estoy segura de que no fue más que... un susto jejeje.
Abrazos y mil gracias.