El teatro

¡no me gusta actuar!-dice la apatía
¡no me gusta nada!,
¡no quiero exclamar!- dice la tristeza
llorare sin darme cuenta...
mis palabras se harán húmedas,
y el público las verá...
¡no me voy a disfrazar!- aclara el amor
si de ocultarse se trata
mejor apaga las luces,
me concentro más en la oscuridad,
falta decidir el que muera
menciona ansioso el odio
y con algo de crueldad.

se abre el telón, las sillas se llenan,
hay humo, hay alcohol,
un ambiente de burdel pero sin escotes
la vida de un escritor con errores ortográficos
un tiempo que transcurre sin puntuaciones.

al final es el público el que clama
algunos aplausos y rosas,
algunas criticas y admiraciones
sobran la babosadas con prejuicios
y una que otra opinión desfavorable.

y a pesar de tanto esfuerzo por parecer apropiada
finalmente los conmovió la belleza en la muerte
de un personaje que odiaba la idea de morir así,
complaciendo la idea de vivir sin demostrar desconsuelo
ocultando las pasiones, entonando para siempre
un sí a lo que menos quiere hacer.

 

El Mal está siempre presente.
Je, je, je.
Lo que menos te gusta hacer, debes hacerlo.
Lo siento, amigo...
Estamos remando en galeras. Recibimos muchos latigazos.


No podemos huir... Porque somos seres, actuando en un sin-fin, llamado Mar.

 

Presentas la muerte del personaje en el teatro de la vida como final feliz para el espectador que con ello siempre se complace. Me gustan las imágenes que bien lo dicen. Un gusto leerte. Saludos cordiales.