El Temblor de lo Excelso

Estremece el rubor de la mañana
trayendo melodía de gorriones
y en las sombras, resisten
primitivos deseos
que al ser emancipados por la noche
atemporales fueron
en brazos de posibles infinitos.

El espejo revela los escombros
del cuarto hecho cenizas
a la vez que el destello
le conjura sonrisas al presente,
siendo un nuevo principio
para las magnitudes
saciadas de silencios.

Todo vuelve y se expande
hacia el cosmos sutil de lo salvaje
cuando el tiempo se muerde
dulcemente los labios
y el alma aún habita
el temblor de lo excelso.

Dvaldés ​

 

Bello y fina expresión de la sensualidad en tus versos y esa sensación que rebosa e los labios al amar , grato pasar por tus elegantes líneas poeta DValdez ,un genial viernes para vos

 

Hermosos versos, saludos Poeta,

 

Primero, te digo que me alegra volver a leerte y que agradezco que me sigas en el portal. Te sigo también.
El poema me encanta porque tiene una bella secuencia de sucesos en los que la pasión se hace protagonista de una manera muy sutil. Las metáforas son excelentes y el final es perfecto para completar toda esa historia que lo antecede.
Fue un gusto encontrar tus palabras.
Un abrazo.

 

Excelente poeta, recrea una atmósfera muy sensual. Saludos cordiales

 

Tienen fuerza, sentimiento y belleza poética tus versos. Ha sido un placer estar en ellos...
Muy buen poema, llega.
Un saludo afectuoso
Xesús

 

Agradezco que acompañes estos versos con tan grato comentario. Nos estamos «leyendo», un gran abrazo.

 

Muchas gracias, Omaris. Es un gusto recibir tu visita y grato comentario.

 

Las magnitudes saciadas... en el temblor de lo excelso. Poema sumamente sugerente y cálido. Un gusto leerte.
Luciana.

 

Querida Ceci, tanto tiempo, es un gusto reencontrarme contigo en el portal. Agradezco el comentario que me regalas con tan grato parecer y claro, seguiré buscando tus versos porque de ellos aprendo mucho. Te abrazo desde este lado de la cordillera.

 

Gracias por tus palabras y visita, José Luis. Sé que nos seguiremos encontrando.

 

Y aquí sin ataduras.
Un abrazo, Danilo.

 

Tus gratas palabras me contentan, Xesús. Gracias por acompañar estos versos.

 

Pocas veces escribo poesía no rimada y me es grato saber que fue de tu gusto, querida Luciana. Un gran abrazo.

 

Un poquito, sí. Gracias por estar, estimado Sergio.

 

Hermosas palabras dedicas a estos versos en ese grato comentario que me regalas. Gracias por tu siempre dedicada compañía.

 

¿Qué te puedo decir estimado poeta? Divino,
mi respeto en un abrazo de colores