1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El testamento de Amelia-anónimo catalán del siglo XIV

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por Luciano21, 1 de Junio de 2018. Respuestas: 0 | Visitas: 1042

  1. Luciano21

    Luciano21 Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    8 de Mayo de 2015
    Mensajes:
    104
    Me gusta recibidos:
    87
    Género:
    Hombre
    Doña Amelia está enferma,​
    la hija del buen rey,
    condes la van a ver
    condes y noble gente
    .​


    ¡Ay! mi corazón desfallece
    como un ramo de claveles
    .

    También va su madre
    no tiene más remedio.​

    - Hija, hija mía
    ¿de qué mal os doléis?


    Madre, madre mía
    pienso que bien lo sabéis:​
    medicinas me habéis dado
    que matan mi corazón
    .​


    Hija, hija mía,​
    de eso os confesáreis,
    cuando hayáis comulgado
    el testamento haréis
    .​


    Ya me he confesado
    y pido perdón a Dios;
    también he comulgado
    y hecho tengo el testamento
    .​


    De mi testamento, madre,​
    poco os alegraréis.
    Siete castillos tengo en Francia,​

    todos en mi poder.

    Tres dejo a los pobres,​
    a los pobres y a los romeros,
    el cuarto dejo a los frailes
    por caridad a Dios
    .​


    Los otros a Don Carlos
    Don Carlos, hermano mío,
    y mis vestidos y joyas
    para la Virgen
    .​


    El vestido de oro y plata
    siendo muerta me pongáis;
    lo mejor por mortaja
    para mi cuerpo adornar.​


    También el mantel de perlas,​
    la almohada y el velo de plata.
    Desgraciada ropa
    toda la pudriréis
    .​


    El cuerpo ha de pudrirse:​
    haga la ropa lo mismo
    que se pudrieran las pompas
    ,
    el alma vaya al cielo.​


    Hija, hija mía,​
    y a mí, ¿qué me dejaréis?

    Madre, madre mía,​
    a vos, mi marido.​


    Para que lo tengáis en la cámara
    a la hora que queráis,
    para que lo veáis de día
    tanto como de noche hacéis
    ,​


    besándolo y abrazándolo
    como hace tiempo soléis,
    que ya no os haré estorbo
    a la hora que lo abracéis
    .​


    Hija, hija mía,​
    que Dios me perdone,
    es un falso testimonio
    lo que vos, hija me hacéis
    .​


    Su padre que la escuchaba
    con un ministro de Dios.​

    Hija, hija mía,
    ¿qué es eso que decís?

    Ay, padre, padre mío,​
    en cartas lo encontraréis,
    venenos me habéis dado
    porque muerta me queréis
    .​
     
    #1
    A LuKaS y Birbiloke les gusta esto.

Comparte esta página