El tiempo...

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Horas compuestas de las gotas de lluvia,
aquel cabello plateado de los ángeles -
o lágrimas de las hadas del bosque;
el tiempo que vuela... Tiempo volador que no vuelve...
¡Regresen, momentos inolvidables, los que guardo
en la memoria aterrorizada por el olvido...!
Quisiera pasear frente al lago de cisnes negros,
rodeada de la aurora, y que el viento cante
mis anhelos y mis esperanzas;
quisiera perderme en el éxtasis de aquella danza
misteriosa del universo...
Escuchar la más hermosa melodía
de un concierto etéreo,
cortando las rosas marchitas y solitarios escribiendo versos -
el tiempo inexistente, arrebatador del sueño...
Porque la vida tiene el sabor agridulce -
y todas las mañanas despertar en un mundo nuevo,
en donde soñar nunca es un crimen...
Y mientras los cuervos guardianos del alma
tenebrosos me muestren los caminos,
yo quiero conservar en mi mente
aquel paisaje destruido por el tiempo...
Como ya no soy una niña, no se me permite la imaginación
y el castigo por tal un delito
es el más cruel de todos los castigos: la realidad...




[05/08/2013]

 

En verdad que a veces la realidad puede ser el mayor de los castigos. Un placer haber paseado entre sus versos, señora Aisha. Se la saluda afectuosamente.

 

Ciertamente es un castigo, pero... no queda otra. Como la frase latina, la realidad es dura, pero es la realidad...
Un saludete de Samuel.

 

Gracias por los comentarios. Saludos a todos y a cada uno de ustedes.

 

Buena luna, Aisha.

Creo que eso de la infancia es más un estado mental que algo comprendido por edades. Estamos acostumbrados a ser niños sólo de 0 a 12, luego somos adolescentes, después adultos jóvenes... y así nos vamos poniendo improntas ajenas a nuestra mismísima existencia. Yo espero seguir siendo niña hasta el día en que me muera (aunque las responsabilidades cambien).

Un placer leerte.
Abrazos.

 

Hola,

Muchas gracias por el comentario valioso. Claro, es que en verdad, los adultos siempre retenemos algo de niños en nuestra personalidad. Se puede ser orgulloso de poder ser a la vez tan inocente como un niño (lo cual no es lo mismo que ser ajeno a la realidad) - y tan maduro, que hasta sabio, como un anciano. ;-) Pero el concepto de la edad que tiene la sociedad desde hace siglos ya, no tiene base en la realidad porque no todos los adultos son bastante maduros y no todos los niños siempre piensan como niños. Tampóco los adolescentes siempre ven la vida de una manera ú otra. No todos los jóvenes son iguales, aunque la gente mayor, por desgracia, suele pensar que sí...

Yo nunca permito que alguien me diga cómo vivir mi propia vida y qué pensar. Siempre fui un poco rebelde y como el gato, escogía mis propios caminos... ;-) Pero también tuve que madurar temprano para poder enfrentar todo lo que venía... Así que no me avergüenzo de ser quien soy - al contrario, me siento orgullosa y me gusta la gente que sabe valerse a sí misma también.

A veces todos tenemos momentos malos cuando nos da por escribir, pensar y hablar de sí mismos como si no supiéramos nuestro propio valor... Pero eso no significa que no somos conscientes de ese valor del ser humano en nosotros. ;-)

La imaginación y creatividad muchas veces me hacen jugar juegos de niños - algo que seguramente por los demás sería visto como una pérdida del tiempo... Pero a mí, qué me importa, si yo tengo bastante tiempo y nada más que hacer, y eso también es más que un pasatiempo para mí - como la poesía que no sólo ocupa mis días y noches, sino que es mi razón de ser - la autoexpresión artística en todo sentido.

¡Gracias nuevamente y saludos cordiales!

A.B.