1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El Traicionado

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 23 de Marzo de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 287

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
    Mensajes:
    1.047
    Me gusta recibidos:
    466
    Género:
    Hombre
    Por una senda boscosa y a plena luz de la medialuna, un jinete va cabalgando en su recio caballo en busca de su novia perdida. Suelta de su boca congruentes palabras mágicas. Para que la niña de sus ojos las escuche y, en un trance de sonámbulo espíritu tutelar, vaya a su encuentro. Mas las horas pasan y no llega el vestal premio de su atenazado corazón. Entonces, desmonta y recorre a pie solo el camino polvoriento. Sin más demora, observa una luz tras un roble seco que descansa en la mansa y verdear espesura de helechos. Creyendo que es quizá ella con un farol en mano, empieza a correr en dirección hacia su ferviente objeto de sus santos amores. Pero, cuando ya ha alcanzado la meta, se encuentra horrorizado con ojos contemplativos de furioso odio cómo su diosa del alma retoza bajo un fuego fatuo en un agujero terrenal con un demonio de vil cornamenta. Saca un sable y, predispuesto a matar a ambos, cae al suelo cegado por la substancia líquida que de liquidadora descomposición le lanzó su traicionera amante.
     
    #1
    Última modificación: 23 de Marzo de 2017
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
    Mensajes:
    1.047
    Me gusta recibidos:
    466
    Género:
    Hombre
    homo-adictus, tal caballero de singular amor por una muchacha que se había escabullido en la fragosidad nocturna de un bosque, creía que con palabras mágicas podía atraer su magna figura femenina. Pero, cansado de esperar, decidió apearse a tierra firme e ir él en persona a buscarla. Vislumbró un haz artificial de luz tras un árbol y, desesperado, creyó que era ella. Y vaya si era. Para su sorpresa la encontró con un vil secuaz de las tinieblas, entregándose a las impúdicas concupiscencias de una pasión desenfrenada. Odiando nuestro infeliz personaje a tal pareja rodeada de una llama vacua y engañosa, quiso asesinarlos con arma de mortandad definitiva. Pero la hembra le salpicó los ojos con algún líquido corrosivo que lo dejaría ciego y desamparado. Atentamente Edouard.
     
    #2

Comparte esta página