El Trepidar

EL TREPIDAR
José Luis Mendoza
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La noche y el tranvía
estuvieron de duelo
durante el ajetreo
y la rutina.

El trepidar atormentó
el silencio
y no hubo más pausa
en el descanso.
Se contaminaron
la soledad y el viento
y se oxidaron
los párpados silentes,
mientras que un aletear
de mariposas hizo penar el aire
y a los murciélagos
y destruir penumbras.

Es la fuerza,
el trabajo,
la producción,
la vida misma
en plena actividad.