El trueno y el agua

En el cajón defenestrado,
escribí solo un punto,
el cielo cae sobre la Tierra,
un clérigo pobre grita al espejo.

Las damas eligen un puerto,
y en el pedestal de espuma,
una rosa se quiebra

¿Quién enseña a las niñas?
un oso en el vientre anuncia una muerte,
y el esquema más reducido,
otra voz me sonríe.

Nadie quiere ser sabio.
nadie quiere entender este beso,
para que las espadas de tinta,
me calmen de esta parálisis,
y en el reflejo del canto,
un agujero respira en el cielo.

 

que profundo una idea que tendría que analizarla desde lo mas oscuro, saludos

 

Encuentro poder, profundidad y sabiduría en tu poema
buen amigo, disfruto y aplaudo.
Saludos cordiales.

 

Muchas gracias, amigos. Bendiciones.