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El último Renglón

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Huber Cuevas, 11 de Diciembre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 401

  1. Huber Cuevas

    Huber Cuevas Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    11 de Diciembre de 2010
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    Tú trágica noticia,
    Golpeó a mi puerta, con severa impronta.
    Tus días se acortan, los meses se empequeñecieron.
    Tu vida, un poco de polvo bajo la alfombra de la vía única.
    Una enfermedad maldita te ha llamado,
    El accidente trágico por el cual lloraremos.
    Arruina tu último renglón,
    Las existencias de amigos y familiares.
    Enterrar un hijo,
    El pesar trágico que todos podemos experimentar.
    Y vos, una mariposa en un catre,
    A tu muerte esperas, a todos despides.
    La piel se hace huesos, y los huesos, son tu piel.
    Tu cabeza es un mundo imaginario, donde cada cosa tiene su lugar.
    Ese cuerpo, está por morir, pero tú esencia, se fue, se fue,
    Cuando los sépalos de tu presencia, se resecaron.
    Ahora las trisas materiales nos angustian,
    El veneno fluye, no hay misiva de salvación.
    Una guerra se está librando,
    Se libra con cañones, pesados y estruendosos cañones.
    Las tropas tuyas, saben que van a perder al final,
    Pero quieren verte abrir los ojos una vez más,
    En ese cielo de ocaso que has tenido que enfrentar.
    Los enemigos, se regodean en la pesadumbre,
    De haberte llevado con ellos,
    De entregarte a las manos de la desesperada muerte.
    Dejarse vencer, la única manera,
    Para desplazar el dolor,
    Dolor que causará su propia deserción.
    Una herida que no se cicatriza,
    Un indefenso animal que es muerto en el bosque,
    Y lágrimas son las cartas de nostalgia que te dejamos.
    La madre, injuzgable santa, que rezará rosarios por ti.
    El padre, querido señor de los lamentos, que cavará tu tumba hasta el final.
    Nadie te entiende,
    Solo almas desamparadas, que comentaran en la vía existencialista lo que ha pasado,
    Y reirán mañana de un chiste bien contado, gracias a ti, que crearas al irte, con tu angelical presencia...

    La estrella más bonita que alumbre nuestro planeta.
    Otro punto en el universo,
    Un cigüeñal de esperanzas correrán estos días,
    Pero tu trágico final, será marcado en una talla de piedra,
    Y puesta en la florentina ausencia, de una tierra no viva.
    Dejose marchitar la roza de tu ilusión,
    Dejose ir, los gritos de rotas ideas,
    Dejose volar, las hojas de tus deseos a futuro,
    Ahora, momento de rendirse,
    Alzas la blanca bandera, que enorgullece a tus progenitores,
    Y los soldados son degollados,
    Y vos, entregada sin porcentaje de salvación,
    A los ejércitos muertos,
    Y llevada presa, por siempre.

    Viendo la alegría del firmamento,
    Una sonrisa en las nubes,
    Notaré que allí estas, y nos proteges a todos.

    Cuando la sentencia sea puesta a cabo,
    La tierra removida,
    Sentiré un frío en mi interior,
    Un frío en el aire,
    Que dirá que te has ido y no regresaras.
    Se me helará el corazón, y una lágrima caerá,
    Mientras camino, ascendiendo por la gris calle, a la sierra,
    Con una lluvia rapante a mi cara,
    El soplido más fuerte por mi bufanda negra,
    A la parca veré, y a ella saludaré,
    Para agradecerle, que aunque sus tropas hayan destruido tus campos,
    Te llevaron sin lastimarte más, y te atrapó antes de que el dolor llegara a atormentarte.

    Un poema negro, como una margarita despintada es,
    Para tu sonrisa, que inquietante se presenta,
    Para que en los sueños me hables de lo que quisiste hacer
    Y el malvado reloj no dejó,
    Y conocerte mejor.
    La realidad confronta contra mis palabras,
    Lo hace todo verdad,
    Lo hace, sí que lo hace,
    Y para ti, amiga que no conocí,
    Compañera de aventuras que no se sucedieron,
    Estas últimas palabras
    En tu perenne renglón del final.
     
    #1
    Última modificación: 11 de Diciembre de 2010

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