El viajante

La musculación de miles de imágenes se dispone a generar enlaces mediatos, desde donde movilizará su nebulosidad, inspirada en situaciones perversas. Bosquejará panoramas dispersos, desmembrando análisis éticos, emparentados con la realidad.
Distribuyendo micro movimientos dormidos, con los que se espera, desembarcar sobre universos paralelos, que serán modificados de acuerdo a la ansiedad del viajante y sus estados de ánimo.
La dilución imperfecta de toda sustancialidad, se opone a la regla elemental de trasgresión progresiva.
Para esto, la mente deberá estar en blanco y los órganos sufrirán una ligera anteversión posicional, que los colocará asimétricamente sensibles e inconexos, desligados de toda información de retroalimentación cerebral.
El viajante estará en la más absoluta soledad, no sabrá hacer uso de interconexiones, tanto físicas como inconscientes.
Ha sido seleccionado cuidadosamente por sus capacidades físicas y mentales.
Es hora de emprender un viaje de ida, hacia los confines de la nada.
La aguja apunta a su cuello un líquido extremadamente espeso.
Se espera demasiado de él.
Aunque ni siquiera él mismo sabe que ha sido seleccionado como otros tantos, para este viaje maldito.