Elegía sin fin ( tercetos encadenados)

Podrá palidecer sobre el papel
la gama o el frescor de su grafema,
podrá menguar el terso de su piel...

Aminorar la voz de aquel poema,
mas no podría despojar el viento
la brillantez innata de su gema.

Ni el tiempo subyugarme el pensamiento
ni su mirada hurtarla de mi mente,
ni el sabor de su boca de mi aliento.

Si acaso mi nostalgia de repente
precisa su indeleble compañía
lo acierto en las arrugas de mi frente,

lo invoco en mi tenaz melancolía
y me envuelve otra vez la paz remota
como el vestigio al sol del mediodía,
sobre el pálido errar de una gaviota. ​

 

Son tercetos encadenados mi querida poeta, gracias por tu valorada presencia. Besitos

 

Gracias de nuevo