Ella sabrá por qué lo hizo.

Fuimos juntos, hasta el confín del Universo.
El Cosmos tenía el cutis terso, y la nariz, respingona.
Era mujer, como Cleopatra en Egipto, marimandona.
En su pirámide se ubica, y ésta tiene cuatro caras triangulares.





Luego, llegamos al cielo supra-físico. Allí viven diversas entidades.


Conversamos con las esencias cósmicas, que todos los mundos habitados, supervisan.
Prestando atención a los seres vivos, o unidades biológicas de consciencia.
Denunciándolo al Creador, si sucede algo extraño.
También estaban las energías divinas, que están hechas de Amor, pero toman sus propias decisiones.


El Cristo te bendijo, y el Buddha te peinó el pelo con rizos de oro.


Y ahora, estamos aquí plantados, como cactus, en el desierto de Arizona.
Por allí, viene el autocar lleno de jugadores de Base-Ball, que están fornidos.
Seguramente, querrán hacer el Amor, contigo.
¿ Nos escondemos en las mazmorras ? Aquí cerca, hay un pasadizo que conduce a los dragones.


Son los habitantes antiguos, descendientes del velocirraptor, que alcanzó lenguaje abstracto.


Se denominan Lacerta, y nos quieren mucho, a los Homo Sapiens Sapiens.
¿ Prefieres que vayamos a Chicago, en cuyo Invierno hace mucho frío ?
Habremos de esperar a que transcurra el Otoño.
Te quiero... Siempre fuiste mía.


Al Infierno no puedo ir, porque no tengo nada tentador; como puedes observar, soy neutro.


Agradable...
Alegre...
Libre...
Cálido.


" Esperaré al equipo de Base-Ball. Si no tienes inconveniente, márchate. "