Ella

A ella le gritaban ¡loca!
a ella le gritaban rara
a ella, solo escupidas
y ¡bofetadas en la cara.

Y así, fue creciendo
encerrada
dentro de la hipocresía moral
de los que hacían sus asuntos
detrás del matorral.

¿Y cuál era su pecado
por lo que siempre le iban a juzgar?
Si amaba como pocos
de alma limpia cual cristal.

Y es que ella si era loca, y es que ella si era rara,
amaba sinceramente y no era de doble cara...
No eligió sentir diferente
simplemente pasó, pero eso su gente
jamás le perdonó!

Y un día del mes de mayo, ella se cansó,
se tiró del risco más alto...
Lo más triste:
¡A nadie importó! ​

 

Triste final, maldito acoso. Saludos y buen día.

 

Crueles realidades que se vuelven tormento inaguantable querida amiga... rotundo e impactante...
Un gusto volver a leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy