Embriagada.

Embriagada.

Empapada de dolor, paso los días sin verle,
sabiendo que su corazón,
ni sufre…ni siente.
Me pesa la vida, me asfixian mis recuerdos,
me atan las noches, sin poder darle un beso.
Y esta melancolía me hace buscarle hasta en mis sueños,
me hace llorar cuando duermo,
me hace morir en vida…
mi dolor es castigo eterno.
Si la eterna luna le contara al señor tiempo
todos mis inusitados miedos,
no habría mar en el mundo que cubriera mis anhelos.
Estas lentas horas, son torturas de su sombra,
esta triste mirada son las marcas de su ausencia,
y mi corazón acongojado escucha la furia de mis lamentos,
promesas que se olvidaron…
palabras echadas al viento.
Espantosa despedida,
por orgullo o quizá por no echar más sal a la herida.
Cedí el paso al desenfreno;
mi amor cada día se hizo pequeño,
mi pasión se fue con el perfume de su cuerpo.
Y yo aquí sigo…
embriagada en mi universo.

Rosa Terrones.

 

La nubes son eternas y los cielos por igual, pero los vientos y sus lluvias dan paso a algo magistral, con el agua se crea la vida, se da un baño a todo animal, se reverdece el planeta y se bebe a radiar, melancolía en tus letras pero espera por las lluvias no veas siempre las nubes un beso.

 

Poesía que encanta, es lo que me sale del alma...un gusto saber que eres humana y saber que sabes sentir, un abrazo y millón de estrellas.