Empéñate en lo que vi

Empéñate en lo que te vi
Al padre de Ana siempre se le veía sonriente; recio de cuerpo, mirada vaga, nunca apagada, inducía a la ternura, mas no otra cosa que devastación para quien, día a día, lo cuidaba sin saber donde reposaba él, en su pertinaz olvido. Ana hasta entonces repartía su vida entre el solitario huraño –decían de su padre– y su profesión. Huérfana de madre, recién nacida, ahora, con treinta años, se disponía a cambiar de ciudad –distancia y trabajo– y, así, bajo el amparo de tía Alicia, lo dejó en una residencia...Un día, Ana recibió un telegrama: "Tu padre ha muerto, dulce y repentinamente. Dejó un sobre cerrado en la mesilla: «Entregar a ANA» que te daré cuando vengas para disponer el entierro y lo demás. Un beso. Tía Alicia". Una vez hubo concluido todo, abrió aquel sobre y pudo leer: «Me alegró el corazón verte todo este tiempo en la TV. Dále un beso a mamá y tú, hija, empéñate en lo que vi. Papá».
eduardocarpio

 

Luis Enrique
Difícil escribir en tan pocas líneas "algo". Estoy haciendo ejercicios para ver si soy capaz de superar la novedad. Te agradezco tus líneas. saludos cordiales. eduardocarpio

 

Interesante mini historia
multi-interpretativa.
gracias por compartir.

fernando
Osito lindo

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Interesantes letras nos dejas en esta historia Eduardo,
mucha sutileza y talento poético demuestra tu pluma.
Ha sido un placer poder pasar a leerte.
Un abrazo. Tere