En busca del no

Mi profesor hablaba del amor y la pasión

como energías únicas,

una sobre otra.

Pero olvidaba el vómito

fundamental para recordar

el aprecio en la existencia

de esta conciencia

estética.


A esto se ha rebajado la moral,

a nivelar la balanza

entre un “no puedo tolerarlo”

y un “no podría dejar de tolerarlo”.


De modo que la mayor condena

es jamás estar condenado

y soportar, y soportar

amasando una pasta

agridulce.


Conciencia estética:

la capacidad de necesitar

una negativa

en la expectativa.

 

La capacidad de ser agua del Mar, y de no ser distinto a los demás. Y de admitirlo y aceptarlo. Ése es el No. Me dicen que No, porque No soy único, y No soy especial. Y No soy guapo, alto, digno, noble, atlético, raudo... No. Soy como todos.