En el cajón del olvido

AÑO 2020

El miedo nos consume y no se nota
cuando agallas no faltan para el frente
porque hierve la sangre y de ella brota
la obcecada pasión impresa en mente.

Nos derrumba lo incierto y no se agota
el reflejo de luz allí presente
en la cima del humo cuando azota
al tornar a lo blanco en un demente.

El fracaso despierta en las miradas
un silencio voraz y el ruido a ciegas
retumba en el cristal en madrugadas.

Así se vive hoy, no son entregas
los aplausos en calles empedradas;
el consuelo se extiende entre colegas.​

 

No estoy pensando mucho así que regálame algo más de contexto. Un abrazo, Ángel.

 

Difícil será dejar en el cajón aquel tiempo en el que alguien se volvió loco, volvió loco a un bicho, loca se volvió la gente que dejó de ser pueblo, para ser masa, y el individuo, que dejó de serlo para convertirse en turba sorda e intransigente.

... de locos.

A día de hoy sigo pensando que el bicho era lo de menos, pero seguramente, el loco soy yo.

Gran poema Ángel, felicidades.

Se te quiere... desde antes de.

 

Pasado. Lo encontré por ahí y lo mandé o me la mandé.
Abrazo, Sergio.

 

De locos… como vos decís. Pero da la sensación que no hubiera pasado nada. un abrazo, Manolo.

 

Duró año fue ese. Excelente soneto. Un gusto leerte. Luciana.

 

Hemos vivido en poco tiempo la amargura de perder a tantos y sé, que lo viste de primera mano. No vasta aplaudir y mirar para otro lado cuando hacen falta los recursos para salvar vidas. Profundos versos, querido Ángel. Un gran abrazo.

 

Muchas gracias, Iguazú.
Fuerte abrazo.

 

Muchas gracias, Luciana.
Saludos.

 

Muchas gracias por entenderlo de esa manera. un fuerte abrazo.