En el otoÑo de la vida

Atrapados en túneles de Metro,
pasillos sinuosos de viviendas y
fríos despachos de oficinas,
vivimos de espaldas al astro sol,
en las sombras de una caverna,
asfixiados por artificios y mentiras.

Se respira mejor al aire libre,
hermanados con la naturaleza,
en diálogo amistoso con ella,
descubriendo su sonoro lenguaje
de sabiduría y compasión.

El otoño se toma un respiro necesario
con una última representación de lujo,
de luces amarillas en el follaje,
de lluvia lánguida de hojas caídas
en árboles de hoja caduca,
de generosa alfombra mullida y
atrevidos peinados pelopincho
en árboles de hoja perenne.

La Tierra pide su justo descanso
para recuperarse de su ajetreo,
impasible ante los negocios humanos.
La vida es más sabia y audaz
que el poder ambicioso del dinero.

Entonces, la naturaleza se prejubila,
los árboles se deshojan, se des escaman
y desnudan en un striptease sin público.
En el otoño de los años nos inspiramos en ella
para dejar las prisas, hábitos y prejuicios;
nos desnudamos de lo externo
y nos concentramos en la sabia interior.

 

Qué buen poema, compañero,yo adoro el otoño
y esta tarde admiro el que dibujan tus letras.Me encantó.

Saludos cordiales

 

Me ha gustado mucho la visión de la naturaleza ajena al movimiento sin fin de los humanos y ese dibujo que haces de los árboles. Felicidades por el poema.

Saludos

Palmira