En el silencio del lecho

En el silencio del lecho


En el silencio del lecho
siento que el sueño se escapa
hacia otro mundo más bello,
más honrado, con más calma
sin las prisas de estos tiempos
sin intrigas ni proclamas
de políticos soberbios
que torpemente fracasan
cuando gobiernan los pueblos
y se excusan como ratas
con desvergüenza y descrédito
sin que les importe nada
las angustias que tenemos.
Dictan leyes, por desgracia,
que impiden que se socorre
a criaturas que naufragan
en el mar Mediterráneo,
con graves multas canallas.
Y los barcos salvadores
que acaso podrían salvarlas
observa a la pobre gente,
(que, de las guerras escapan,
en pateras de juguetes
de traficantes piratas
con permisos de… ¡quién sabe!)
cómo la mar se los traga
y miran… para otra parte
sus conciencias de hojalata.
Ante tamaño desastre
un grito de amor reclama
solución a los políticos
por tan grave campanada,
y ahora, discuten todos
¡ahora! con la desgracia
de la barbarie de guerras
en las que se emplean armas
químicas, irracionales,
que a la población espanta
porque la vida no tiene
absolutamente nada
de valor. Por lo que huyen
llenos de angustias que sangran
sin comidas, sin abrigos,
sin pensar en la guadaña
de la Parca que vigila
con su sonrisa macabra
en la aventura marina
subidos en las barcazas
apiñados, deprimidos…
y van buscando esperanzas.
En el pavor de la noche
nadie duerme, todos callan;
el desastre Lampedusa
(isla sureña de Italia)
ha sido la gran tragedia
que ya traspasa la raya:
con la muerte de unos seres,
mujeres embarazadas,
y unos hombres angustiados…
(¡qué tétrico panorama
ver tantos cuerpos flotando
y ahogados sobre las aguas…!)
Buscaban la libertad
con rabia desesperada
creyendo encontrar el pan
en un mundo sin matanzas,
y en el edén de sus sueños…
hallaron paz… ¡en las aguas!
al final de su trayecto
donde, por fin, ya… descansan.

 

El poema nos hace pensar tanto sobre la naturaleza de nuestra condición humana. Tantas cosas malas ocurren, ¿cuándo terminará todo eso? Krishnamurti decía:

"Su conciencia particular no es su conciencia. Esa conciencia la comparten todos los seres humanos que viven en esta Tierra. Ellos pasan por toda clase de desdichas, por toda clase de sufrimientos, dolor, ansiedad, desesperación, y el sentido de absoluta soledad. Si uno tiene cabal conciencia de lo que ocurre en el mudo, entonces tendrá que preguntarse cuál es su responsabilidad, cuál es su acción"

Si nosotros entendiésemos que todo este arrebato de violencia y contrariedades parte de nosotros mismos, daríamos el puntapié inicial para comprendernos interiormente, pues eso afectará directamente a nuestras sociedades.

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A "la_huella_del_aire": Hermosa reflexión me remites en tu mensaje señal inequívoca del impacto que te causan los bárbaros desajustes de nuestra sociedad. Gracias por tantsa sensibilidad. F.CABALLERO SÁNCHEZ