En esa hora

En esa hora


En esa hora.
En que el gallo analógico canta y
de un manotazo le cierro el pico.
Cuando demonios y brujas andan ya
durmiendo su aquelarre
y afuera, bostezantes calles
se dejan lavar la cara

En esa hora.
En que las fantasías son aún la vida
y la realidad anda cataléptica.
Cuando como simple guisante,
el mundo no llega ni para un diente
y olvido que es él, quien -seguro-
no dejará de mí ni las raspas

En esa hora.
En que acurrucada tal que feto en su cubil:
bostezo, sonrío, me estirajo...
Cuando en puños apretados
cobijo sueños con nombres propios
y me abandono al arrullo del sonsonete:
“Hoy puede ser un gran día”

En esa hora.
Me quedaría eternamente

 

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Bellísimo descubrimiento para una mañana de Lunes... Me repetiré muchísimas veces el "sonsonete" para nada zonzo, y me iré a trabajar con los ecos de tu poema.

Bienvenida, Consuelo.

Un abrazo desde Buenos Aires.

 

Gracias, Ciela, por tu afectuoso comentario

Un abrazo
Consuelo