En la feria de nuestros días alegres gira un carrusel de hienas

En calles alambradas se desgarraron
los vestidos de días felices
ojos de cristal
ven morir la tarde lluviosa que fue la vida
en los suburbios de la ciudad
merodean los perros de la muerte

Un día se juntarán todas las heridas del mundo
y desde sus agujeros y desmoronamientos
dispararán hacia las armas todo el dolor acumulado
entonces los ayes que lastimaron el aire
y todo el dolor que enmudeció las bocas
serán sólo un mal sueño
el mal tiempo en que la percusión de las armas
era la sintaxis de la ignorancia

 

Poeta de mi amada tierra que delicia leerle y pasar a dejar un abrazo Regio desde este lado del charco,

 

Eso espero, sin tardanza, debemos acallar las armas que solo provocan
dolor y muerte, que todas las heridas enfilen su redención hacia ellas,
y se logre la justicia y la paz. Me encantó tu poema, necesaria reflexión
en nuestros días. Besitos apretados en tus mejillas.