En la oscuridad más profunda

En la oscuridad más profunda, en los rincones más remotos,
se esconde un mal antiguo, que acecha en la sombra.
Un horror insondable, una presencia innombrable,
que espera pacientemente para reclamar su poder.

Los sueños se llenan de visiones perturbadoras,
de monstruos indescriptibles y horrores inimaginables.
El miedo se adhiere a la mente como un veneno,
y la cordura parece desvanecerse en la nada.

El miedo a lo desconocido, al más allá,
es un abismo sin fondo que amenaza con devorar,
y los que se acercan demasiado a la verdad,
son arrastrados por la oscuridad sin piedad.

En la ciudad maldita, donde la locura es ley,
los edificios se inclinan y las sombras se mueven.
Los ojos sin rostro observan desde la oscuridad,
y las risas locas llenan el aire con su maldad.
La humanidad es sólo una gota en el océano,
en comparación con el vasto y oscuro universo.

Y aunque tratamos de encontrar la verdad,
sólo descubrimos nuestra propia insignificancia.
El horror cósmico nos rodea,
y nunca sabremos qué acecha en las sombras.

Pero el miedo es lo que nos mantiene vivos,
y la curiosidad es lo que nos lleva a la locura.
Así que en la oscuridad más profunda,
en los rincones más remotos,
nunca dejaremos de buscar la verdad,
aunque el precio sea la cordura y la vida misma.​