En la oscuridad

De niña siempre creí en los fantasmas, en las brujas, en el misterio de la noche, en la fantasía del día. Tenía miedo en la oscuridad y lloraba en la cama sintiendo presencias cercanas. Cada sombra era un escalofrío y cada sonido en la nada del silencio más punzante, un sudor que penetraba en cada poro de mi piel poseyendo mi esencia de dulce infancia.

Pasaban los años y el lado oscuro me llamaba cada vez más y más... La mezcla de atracción y pánico creaba un morbo en mi vida, entonces se despertó en un deseo, quería ser bruja. Imaginaba un vestido negro y largo, mi piel blanquecina, mis uñas afiladas y mi corazón fuerte para enfrentarme al mal, mi vida sería la oscuridad, pero los años corrían rápido y me estaba convirtiendo en una mujer, diferente y un tanto especial, pero al fin y al cabo sólo era una mujer.

Me fui a la Universidad y mis padres me internaron en una residencia mixta de estudiantes. Allí empecé a conocer gente normal, demasiado normal para mi extravagante personalidad, me trataban bien, pues tampoco llamaba demasiado la atención, a pesar de mi extraño mundo interior, mi exterior pasaba bastante desapercibido.
Tenía amigas y amigos, pero guardaba las distancias para que nadie llegara a conocerme más de lo que quería.

Pasó un año y me cansé de la residencia, así que me busqué un piso compartido cercano al campus y encontré uno que me gustó bastante, aunque ahora puedo afirmar que quien me gustó fue uno de los inquilinos, pues hasta el momento nadie me había llegado a atraer tanto como aquel misterioso chico. Ni siquiera sabía si tenía novia, o si quería tenerla, pero había algo en él que me atraía, quizá su piel blanca como la mía, o sus ojos negros y profundos que se clavaron en los míos embrujándome.
La habitación era muy pequeña, pero no había nada imperfecto en mi vida si él estaba cerca de mí.
Al principio, a penas le veía, iba a otra facultad y pasaba casi todo el día fuera, venía a comer, volvía después de las clases y por la noche se marchaba. Empecé a sospechar que dormía con alguien en otro lugar, pues nunca le escuchaba regresar.
Cruzábamos miradas, sólo profundas miradas en un silencio que decía muchas cosas y dos palabras, hola y adiós.

Una noche de frío invierno, volvía de una fiesta sobre las 5 de la madrugada, abrí la puerta y... lo sentí, sentí una presencia en la escalera, intenté dar la luz, pero no la encontraba y empecé a ponerme muy nerviosa, cuando por fin la encontré no funcionaba, entonces me quedé paralizada y recordé las noches de terror que pasaba de niña en la cama sintiendo que alguien se acercaba hasta mí. Mi respiración era rápida y ahogaba al silencio en jadeos secos de angustia. Lo sentía cada vez más cerca, entonces me tocó la espalda con sus manos frías, pero mi miedo se mezcló en el mismo momento con una atracción incontrolada que me pedía darme la vuelta. No entendía nada de lo que estaba pasando, pero mi deseo se convirtió en prioridad incontrolada y me giré, las pupilas ya se habían dilatado y dejaban ver algo de la escasa luz que atravesaba la puerta de entrada. Allí estaba, con su cara pálida y sus ojos profundamente negros a tan sólo un palmo de los míos, sus manos heladas acariaban mi pelo y su boca se acercaba a la mía lentamente, pero cuanto más se acercaba, más temblaban sus manos y más fuerte latía mi corazón. Cuando sus labios rozaban los míos desapareció como si se tratara de un sueño. Me acerqué a la llave de luz y entonces sí se encendió. Subí las escaleras aún temblando, entré en casa y me metí en la cama recordando cada detalle de aquel momento hasta quedarme dormida.

A la mañana siguiente, al despertar, no sabía si había sido un sueño, me levanté y corrí hasta su cuarto, estaba vacío, pero encontré un corazón en la pared como si hubiera sido pintado con sangre. Cerré la puerta y me fui al baño para lavarme la cara pero al mirarme en el espejo no podía creer lo que estaba viendo, tenía la marca de un mordisco en mi cuello.

Mi vida estaba a punto de cambiar...

 

Espero que continuará....excelente
me ha encantado.
besos y estrellas
Rosario

 

Maravilloso relato, gracias por compartir, muy poco me gustaba la prosa (Hasta este instante), pero leyendo la tuya, digo que tiene un encanto, una atracción única, extremadamente agradable, desespera el leerla, es una sensación especial que trasmites. Me quedé intrigado… 5 estrellas, mis felicitaciones por la fluidez de tus expresiones; un abrazo y también un besito de AMISTAD.

 

Muchas gracias por leerme.
Un abrazo.

 

Muchas gracias por tus palabras,
quizá continúe.
Un abrazo.

 

woow me ha encantado tu relato, tienes gran talento para las prosas me dejaste atenta en cada segundo de lectura, debés continuarlo esperamos el final...

un placer leerte ^^

 

Parece extraído de un guión de cine, me gustó.
Saludos.

 

Adoro estos cuentos, dulces y crudos, como el vampiro que llevamos dentro.
Un mordizco merecido para vos!!!besos

 

Muchas gracias.
Un abrazo.

 

Es que está inspirado en una película.
Un beso.

 

Muchas gracias por la visita.
Un abrazo.