En la perdición

Me miraste y te tomé de la mano

Me hablaste y te besé

Y así sin hacer nada te convertiste en todo para mí

Me entregué a vos y te di todo

Y mientras mi corazón volaba,

Mi cabeza se perdía entre la fantasía y la realidad

El vacío parecía llenarse

Otros huecos aparecían pero los descartaba

Si tan solo pudiese llenar ese vacío lo demás iba a arreglarse solo

Y vos en el medio de mis sinsentidos

Sin entender cómo habías llegado a parar ahí

Sin entender cuando entraste y cuando te dejé ir

Víctima de mi locura y mi mundo interior

Víctima de mi eterna lucha interna que no sabe reconocer la realidad de la ficción

Que gira a millones de kilómetros por hora poniendo y sacando sentimientos y personas

Que deja heridos en el camino sin darse cuenta

Que no ve las señales ni puede dejar de pisar el acelerador

Que no escucha los gritos de los que a mi alrededor intentan traerme de vuelta

Y caigo rendida ante tanta confusión y tanto dolor

Solo para empezar todo otra vez la próxima vez que me mires

 

Todos somos frágiles y vulnerables, querida.
Intentamos disimularlo.
Porque no nos interesa ser víctimas.
Pero es cierto, que el rey de la selva, que es el león, también puede ser enjaulado, y expuesto de cara al público, en un zoológico.

 

Gracias por leerme y por tu aporte. No es autorreferencial igualmente, estoy tratando únicamente de conectarme de nuevo con la escritura, ver qué sale y animarme aunque sea a mostrar una parte.