En mi mente y pensar

Era una tarde invernal
de un noviembre sin igual
ya no podía meditar
cuando te mire al andar

Fue tu cuerpo magistral
el que avivó mi soñar
con tu mirada ideal
que me hizo fantasear

Que me hizo claudicar
por tu lindeza natural
esplendor tan especial
por el que voy a luchar

Andaría sobre el mar
por poderte conquistar
y que no quieras marchar
de mi presencia, tu estar

El hogar donde llegar
donde puedas madrugar
sin llegar a cavilar
que un día, puedas escapar
o no te quieras quedar

La que no podré dejar
por la que he de pelear
por la que he de luchar
si alguien quisiera robar

Y así me pueda alejar
de tu belleza sin par
quedándome en el estar
de la dolosa señal

Que no se ha de interpretar
porque te he de idealizar
y todo el tiempo has de quedar
en mi mente y pensar

 

Demasiado. Pero bueno... Este poema es resistente, como el atleta en una carrera de fondo. No es tan magna, ella. Lo siento mucho. Tiene sus pechos, y su manera de ser, que es prodigiosa, pero además, lleva la voz cantante. Ella manda. No podemos evitarlo. Con el paso de los años, te arrepientes de haberla sobrevalorado, dado que te envía a un sitio y a otro, y tú debes obedecer.

 

A veces el amor llega de repente y no hay nada que hacer...claudicamos sin remedio. Bello poema amigo poeta. Un abrazo. Paco.