En su nombre la vida, no tornará olvidada...(In memórian)

EN SU NOMBRE LA VIDA, NO TORNARÁ OLVIDADA... (In memóriam)


Estos días azules y este sol de la infancia...;
bien pudiera mi pluma alcanzarle fecunda
y expresarle por cuanto hizo su voz rotunda
a tantos de nosotros, hoy, desde la distancia.

Granó con versos campos y rosas de fragancia,
luz dorada en Sevilla y Castilla profunda
un hombre de razones con alma sitibunda
por patrias de interiores envuelto en tolerancia.

Descanse don Antonio en gozo de la eterna
magnitud que dispone su indeleble memoria;
aquellos asesinos con sangre despiadada

no pudieron con ella, ni vieron su linterna
de sólida materia sentida por notoria:
en su nombre la vida, no tornará olvidada...
eduardocarpio
23 de febrero de 2014​

D. Antonio Machado llega a Colliure (Francia) la tarde del día 28 de enero, con la la Guerra Civil pisándole los talones como a miles de españoles; allí muere el día 22 de febrero en el Hotel Bougnol-Quintana. En un bolsillo se encontró un papel en el que escrito a a lápiz se leía: «Estos días azules y este sol de la infancia»... Tal vez su último verso escrito...

 

¡Qué excelente homenaje le has dado a D. Antonio en el aniversario de su muerte, amigo, con este soneto alejandrino de impecable factura, con esos tercetos tan magníficos con los que cierras.

Mi felicitación más sincera, Eduardo.

Un abrazo.

 

No se puede hacer mejor dedicatoria a uno de los más grandes poetas que nuestra tierra han dado.
Tal vez como tu bien apuntas en tu magistral soneto, el úlimo verso diga, como final suspiro, resuma toda una existencia.
Mi admiración y reputación a tu arte.
Castro.

 

Y gracias por recordarlo, Don Eduardo. Un poeta, que hizo eco en nuestra alma, deja en sus poesías retoños nuevos en el que se impregnarán siempre sentimientos puros. Eso vale lo que toda su vida, porque es "presencia e instante" siempre.

Rosas para él y para usted...

***

​

 

Calidad y talento caracterizan tu poesía amigo. Gracias por compartir

Un abracito Edu

 

Libelula, Juan, Castro, Huella, Mariluz
Honran vuestras palabras la memoria de un hombre magnífico, conclusión a la que hace tiempo llegué, después de haber leído lo que nos legó. Saludos cordilales. eduardocarpio

En palabras de Juan Ramón:

¡Amistad verdadera, claro espejo
en donde la ilusión se mira!
...Parecen nubes
más bellas, más tranquilas.
Siento esta tarde, Antonio,
tu corazón entre la brisa.
La tarde huele a gloria.
Apolo inflama fraternales liras,
en un ocaso musical de oro,
como de mariposas encendidas;
liras plenas y puras,
de cuerdas de ascuas líquidas,
que guirnaldas de rosas inmortales
decorarán, un día.
Antonio, ¿Sientes esta tarde ardiente,
mi corazón entre la brisa?

 

Impagable soneto en recuerdo de Antonio Machado; una auténtica joya sin ningún género de dudas.
Felicidades y gracias por compartir tan maravilloso poema.
Un abrazo.

 

Hermosos alejandrinos para esa gloria de nuestra poesía, Eduardo. Mi única objeción es al tercer verso, donde falta a mi criterio un buen acento en sexta (es decir que me cuesta hacer la pausa entre hemistiquios en "cuanto hizo" (sé, sin embargo, que en la práctica del modernismo abundan casos semejantes).

abrazo
Jorge

 

Luis
Te agradezco estas líneas que honran a Machado. Pocos entran en la categoría del maestro por capacidad, expresión y coherencia. Y los fugitivos hacia la frontera me conmueven –nada digo de las alturas de lecturas tales: El crimen fue en Granada: a Federico García Lorca y tantas otras...– sirios masacrados, ucranianos en el punto de mira,..., desolación. La memoria nunca debería ser la del olvido, sino la más clara de las facultades, hasta el mismo instante de la muerte y después de haberla legado. Un abrazo. eduardocarpio

Madrid, Madrid! ¡Qué bien tu nombre suena,
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas!
(A.Machado)

 

Musador
Tal vez por influencia del corazón dejé sin pausa la emoción o fue la emoción quien embargó verso, pausa y corazón. Nunca estoy seguro si Machado o Juan Ramón, entre muchos, distinguían tales, pues los leo y, aun fijando la atención, me aceleran y me confunden por lo profundo. Algo así me sucede con el flamenco -yo descreído- de Miguel Poveda, últimamente, que una vez que lo escuchas te revienta en el fondo por las cuerdas del talento y la intensidad de la entrega. En cualquier caso, el maestro tiene mi devoción por el alma que porta y ahí en verdad no soy Juan Ramón –ya quisiera–, ni capaz para expresarle todo el afecto que me suscita. Un abrazo. eduardocarpio
Cuando la tarde se rompa
en silencio y en naranjas.
Cuando se duerman las cosas
esperando la mañana,
estarán lejos, muy lejos,
perdidos en turbias aguas,
envueltos en el olvido,
los mercaderes de España...
(J. Hierro)

 

Un buen soneto alejandrino dedicado a un gran hombre como fue Antonio Machado. Un placer haberlo leído Eduardo.
Un abrazo.

 

Ricardo
Gran hombre, gran poeta, desdichado en muchas ocasiones, al que creo escasamente reconocido como a otros muchos que apenas cuentan en las reseñas... En cualquier caso, admirable para mí. Como decía J. Ramón:
...........
Antonio, ¿Sientes esta tarde ardiente,
mi corazón entre la brisa?
Un abrazo
eduardocarpio

 

Admirado y admirable poeta Eduardo. Que bonito poema le has dedicado a uno de los grandes de este pais cainita, en donde prima más el odio y la envidia que el buen arte.
Recibe mis felicitaciones con estrellas, porque reputación no me deja.
Un fuerte abrazo, amigo

 

epimeteo
En tu comentario -¡qué gran comentario!- dejas claras tu opinión y admiración. Te las agradezco. Leer a D. Antonio es siempre un ejercicio que me acompaña y del que siempre aprendo. Extraordinario... Pocos en mi biblioteca tengo como tales, aunque sí muchos que pasan y se enmohecen. Un abrazo. eduardocarpio