Encerrado en botella

Dijo: es broma,
y de él se desprendieron
raudales de manías,
algunas no envejecían,
aunque de infartos
y pereza no estaban exentas.

Evitaron mirarlo
desearon su ausencia,
la saliva caía en su mentón
rasurado, las mejillas se tiñeron
de audaz desvergüenza,
sobó su hombro, y escuchó:
Otro, otro!!!...
y la ronda de colorados
prosiguió a su cuenta.

El recinto giraba
en pirueta traviesa
sus palabras desaparecieron
con el ron indignado
de una séptima botella.

Algunos como él
imitarle quisieron,
la amistad fluyó
como el vino tinto,
lágrimas encarecidas
poblaron sus ojos, a todos
ellos, afectó con humilde
estoicismo.

En medio de silbidos
abandonaron el lugar
cayeron todos, en
una esquina cualquiera
que en su debido momento
sala de estar intuían.

Uno a uno
se levantaron,
con un martillo tornillando
la cordura perdida,
partieron en un solo vuelo.
Ahí quedó el pequeño ente,
que sigue perdido
en una tragicomedia
de una broma divina,
que empieza en un vaso
y termina en un zarpazo
a golpe de suerte.

 

Gran poema... palabras limpias , claras y llenas de luz. Perfecta melodia escrita , en el sentido de que se lee sin brusquedad , sin frenazos... un saludo.