Encierro

A esa velocidad, que gotea la savia de un viejo árbol empiezo a sentir mi cuerpo. Un punzante dolor en mi sien me advierte que es mejor volver al sueño, mas mi curiosidad atrevida me otorga la posibilidad de abrir los ojos…

Esta oscuro, creo encontrarme en lo que parece un sucio trastero; mis brazos amarrados a una mesa vertical, no veo más que sombras, provocadas por una tenue luz que emana algo tras de mí. Un pitido incesante me apura por comprender como llegue allí y una corriente de aire hace que preste atención a mi desnudez; se ensordece ese sonido agudo que perfora mis oídos y escucho una voz llena de algo que explota de emoción, como si se atragantara al decirse.
-Sé que no es momento, pero quiero decirte, que a tu pregunta ya tengo respuesta.
Silencio, rozando cada centímetro de mi piel, lo noto frío, demasiado para que entienda que mis temblores son por algo más.
-sé que no es momento… pero quiero decirte que ya te entiendo.
Esa luz, pardeó un instante y sentí mas cerca una respiración acelerada y profunda, vi gracias a esa luz, sus ojos; unos ojos dilatados, abiertos como si a través de ellos pudiera entrar algo más que las formas y el color. Acercó a mi rostro su mano y sentí en ella una suavidad tan tierna y un frío tan intenso que los ojos se me empañaron. Y al cerrarlos seguí viendo los suyos, dilatados, con un hambre voraz y terrible; sentí en ellos una emoción tan intensa de miedo y euforia, que nada pudo evitar que volviera a abrirlos.
-Sé algo, algo más de ti, el porqué de tu miedo y esa sucia traición que alimentas cada día.
Tu, que entiendes la emoción de esta jaula... Esta atracción al miedo.
Solo pido, en favor de tu libertad que me expliques, por qué te gusta este encierro.