enero

Del roto de las camisas,
a pies juntillas las herraduras,
Cosen despacio, las huecas manos,
las vestiduras...

Ojo de mármol,
pájaro negro vigila el paso,
silencio eterno,
de sol de invierno,
en mis fracasos...

Y no saldré a galopar por esas sendas,
Huyen del mito
todas las musas,
para que entiendas...

Que no existe amor en el mundo,
por cuatro cuartos,
que no hacen ruido los corazones, si van descalzos...

Envuelveme en los azotes, que da la vida,
si se me escapan
las ocasiones,
siempre a hurtadillas...

Quiereme mientras no quieras, si ves que quiero,
buscar amores
entre quimeras,
dentro el sombrero...

Que nos caliente,
este sol, tan pendenciero,
que no hay más llanto
que el llanto quiebro,
del mes de enero...

 

Calammaro...
Las percepciones de nosotros mismos arrasan los senderos por lo que una vez caminamos, cuando no hay ocasiones y buscamos amor donde solo sueños viven, llorar no es una opción. La vida tiene peores azotes. Un fuerte abrazo!

 

Es cierto querido amigo...
Tan cierto, como necesario es llorar, amar, incluso la desilusión en el amor se hace necesaria...
Fuerte abrazo, y gracias por tan bello comentario.

 

Para la calidad de la poesía excelente, felicitaciones.

 

¡¡GRACIAS HERMANO DE MI CORAZÓN POR TODO LO QUE ME ALENTÁS!!