Enredadera

Enredadera
De las lejanas tardes de la infancia
me invaden los recuerdos de los días
cuando era tan feliz, sin agonías.
Que fui feliz lo sé con la distancia,


cuando evoco el olor y la fragancia
de aquella enredadera en cercanías
de arracimadas flores. Fantasías
de niños inocentes, ignorancia

y falta de malicias, así era
como pasaba el tiempo aquella ociosa
etapa de mi vida, en primavera,

bajo la sombra fresca y olorosa
[SIZE=3]de la hermosa y feraz enredadera,[/SIZE]
[FONT=Palatino Linotype][SIZE=3]¡qué época feliz, maravillosa![/SIZE][/FONT]​

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Admiro tu facilidad para el soneto mi querido amigo.
feliz etapa la de la infancia, la diversión y el ocio
copaban todo nuestro tiempo, hasta que al crecer
las responsabilidades, ¡zas! nos ataron.
Gracias, abrazos y un cálido saludo.

 

Así fue Eladio, en menos de nada ¡zas, adiós a la inocencia! He tratado de recordar nostálgicamente aquellos buenos momentos y, al mismo tiempo, destacar el poder evocador de los olores pues, ciertamente, cuando florece en primavera esta enredadera me trae inevitablemente recuerdos infantiles.

Un saludo y gracias por pasar.

 

Como ya le he dicho a Eladio, estimado Maramin, es realmente notable el poder evocador de los olores. Ellos me han inspirado este soneto.

Un saludo muy afectuoso, Maestro.