Entre dos estaciones

Corre potro del sueño junto al tren que me aleja.
No detengas tu rabia, ni sosiegues tu brío
Y despierta la noche que la luna nos deja.
Corre solo en las sombras de este campo vacío.

Corre caballo oscuro. No escuches mi queja.
Vuela tu crin al viento sobre este tiempo mío,
Amarrado al destino de este tren que no ceja.
Que no paren tu marcha ni la noche ni el frío.

Corre negro presagio. No me sueltes la mano,
Ni me sueltes el alma, si sobre ti cabalgo.
Si sobre ti me alejo del ingenuo verano.

Y si ayer fue muy tarde, para tarde es temprano.
Para todo es ahora. Para nada ya es algo.
Cielo azul, cielo claro, vas quedando lejano…

 

El inexorable tiempo suele obviar las estaciones aunque en cada una nos avisa que algo ha cambiado del paisaje. Una excelente poesía.

Saludos, poeta.

 

Gracias por sus conceptos y apreciación.
Un gran saludo
Mario H.