Entre el pecado y la pasión.

Porque todo lo que intento hacer contigo
está prohibido,
porque me he prohibido
el no intentar hacerlo todo contigo.
por eso te llamo pecado.
Porque cuando estoy a tu lado,
soy un volcán en erupción,
mis manos son fervor
y mis labios intensidad,
me llamo locura, me llamo pasión.

Si está bien o mal este romance,
muy poco me interesa,
más me interesa el ser el único
que los besos te robe,
más importancia le doy al hecho
de dejar tu aroma en mí,
aun después del baño.
Me preocupo más por inventarme
formas nuevas de abrazarte,
o en el intento quedarme.
Más me inquieta la necesidad de besarte
como si ya no te fuese a volver a ver.
Más me preocupo en hallar motivos
para hacerte feliz.

Soy la pasión y tú el pecado,
estamos siempre al asecho
del momento idóneo para consumirnos,
siempre buscado los lugares más oscuros
para darse los momentos más lucidos, más fugaces.
Siempre estamos soñando el mismo sueño,
en nosotros.

Somos dos almas enamoradas,
que al intentar separarse, sucumben.
Dos almas que entre sabanas mojadas,
entre pecado y pasión, se funden.​