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Entre guerras y batallas

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por Felipe Antonio Santorelli, 10 de Noviembre de 2010. Respuestas: 6 | Visitas: 1002

  1. Felipe Antonio Santorelli

    Felipe Antonio Santorelli Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre

    El Soldado:

    Caíste a tierra
    sin un lamento;
    tú, pájaro en guerra
    y blasón de tormento

    Retazos de Infierno:

    El lodo y el fango,
    La tierra y el polvo.
    El estremecimiento constante
    del sísmico suelo que pisamos;
    los cadáveres entumecidos
    por doquier caídos.

    La lluvia incesante;
    el frío, la nieve;
    el sueño, el hambre, la fiebre,
    los hongos pódales,
    las botas sudadas,
    las manos cansadas,
    la gripe, la muerte;
    el alma que yace
    apática e inerte
    y este dedo desquiciado
    que jala el gatillo
    automáticamente…

    Son todos retazos
    de un cuadro infernal;
    Pedazos de guerras:
    batalla frontal.


    Profesión: Soldado

    La sangre encharca nuestras botas.
    El fango cubre nuestros rostros.
    El lodo inunda nuestros ojos.
    La pólvora invade nuestras narices.
    El miedo impregna nuestras gargantas.
    La muerte ondea sobre nuestras cabezas
    como bandera carmesí,
    como caja de Pandora
    como espada de Damocles
    pende sobre nuestras nucas
    la invisible y auténtica muerte.

    El silencio es nuestro enemigo jurado;
    el estruendo, nuestro mejor aliado,
    el silbido de las balas
    nos recuerda la fragilidad de la existencia
    y los continuos estallidos
    nos informan sobre la proximidad de las fieras…

    A nuestro alrededor
    todo es sangre
    y miembros desmembrados pudriéndose sin dueños
    y cuerpos mutilados sin aire en sus pulmones
    y un mar de cadáveres hediondos a descomposición
    y un sueño que se ha tornado en violenta pesadilla.

    Defender la Patria:
    Frase que tuvo mucho sentido
    antes de comenzar esta odisea;
    y que nada significa entre disparos y demencias

    ¿Qué es la Patria?
    ¿De qué vale una patria sembrada de cadáveres?

    Los problemas fronterizos y las querellas entre naciones deberían resolverse en un cuadrilátero pugilístico; enfrentando a los presidentes, ministros, asambleístas y demás PERROS DE LA GUERRA; dándose puñetazos los unos a los otros hasta que les sangren inclusive sus obscuras almas y no fabricando viudas y huérfanos en los frentes de batalla.

    Matar o Morir:

    Las balas destrozan cuerpos y las ánimas comen almas
    La sangre se mezcla con la aurora
    Silbidos y explosiones aturden los oídos
    No queda otro remedio que salvar nuestras vidas
    matando al enemigo
    matando al enemigo
    matando

    Matar o morir:
    Esa es la consigna
    el único lema que nos queda,
    la única ley a qué atenerse.
    La sangre se confunde con la aurora;
    la sangre se derrama sobre ocasos
    que cierran sus turbios ojos
    ante el clamor de la muerte

    La muerte,
    tan cercana y seductora
    tan sublime y abrumadora
    tan letal y desconcertante
    siempre al lado,
    en la sombra de nuestra sombra.

    No podemos pensar en la humanidad del enemigo:
    Hay que odiarles
    profusamente
    profundamente
    aunque nada nos hayan hecho:
    Hay que odiarles con tesón
    de otro modo
    no podríamos matarles
    y moriríamos a merced de sus rifles
    a merced de sus tanques,
    sus cañones, sus aviones, sus navíos…

    No son hombres, son salvajes;
    No son más que nuestros reflejos,
    reflejos de nuestro propio salvajismo contra ellos:
    espejos sangrantes, espejos heridos,
    espejos fracturados, espejos desmembrados,
    espejos mutilados, espejos descabezados,
    solo espejos;
    nada más que nuestras propias imágenes verificadas,
    si en lugar de destruir nos volviéramos piadosos.

    ¿Es esta guerra necesaria?
    Ya no importa,
    Es tarde para la política
    Es tarde para la paz…

    Matar es lo único que puede salvarnos la vida ahora.
    Matar es lo único que puede devolvernos
    a nuestras esposas
    a nuestros hijos
    a nuestros hogares.

    Matar… para no morir
    Matar sin piedad
    Matar sin misericordia
    Matar sin remordimientos

    ¡MATAR…O MORIR!

    La Enésima Colina

    Entre cortinas de fuego
    -llamaradas gruesas como muros de concreto-
    y enjambres punzantes de esquirlas voladoras,
    y fragmentos fratricidas y balas despiadadas;
    nos aprestamos a tomar la próxima colina.

    Corremos y jadeamos y jadeamos corriendo;
    caemos y reptamos
    muchas veces serpenteamos o gateamos
    respirando con suma dificultad;
    buscando acaparar el escaso oxígeno
    para nuestros pulmones acartonados
    entre gases y humaredas y más gases y más humo…

    Cada aliento es costoso y más valioso que el oro;
    cada hálito de vida es sagrado en nosotros
    y es superfluo en los odiados adversarios…

    -¡Levántate y dispara y corre y sigue disparando!-

    -¡Muévanse reclutas; si no quieren que los vuelvan coladera!-

    Entre gritos y estallidos y murallas incendiadas
    atravesamos raudos el aire calcinado
    cual saetas embriagadas de coraje
    y corremos a aplastar la enésima colina.

    ¡Hasta cuándo…!

    Cavemos las trincheras:

    Cavemos las trincheras,
    hondas como fosas,
    húmedas como tumbas,
    terribles como pesadillas.

    Aceitemos los fusiles
    limpiemos sus ánimas
    quitémosle el óxido
    que todo lo corroe.

    Nuestras vidas dependen de ello
    Un arma encasquillada
    es un pasaje seguro
    de sola ida
    a un féretro sin nombre…

    La mitad de toda guerra es mantenimiento
    la otra mitad es asesinato y muerte,
    muerte, muerte, muerte y más muerte:
    Muerte de los enemigos, muerte de los amigos,
    muerte de la serenidad, muerte de la cordura,
    muerte de los sentimientos, muerte de las emociones
    muerte de las ilusiones, muerte de las esperanzas
    muerte de la mismísima fe…

    ¿Qué queda después de una batalla?:

    Fracturas, quemaduras, cortadas y cicatrices
    hondas como el pánico que se instala en las entrañas
    Y cadáveres y sueños rotos
    Cadáveres flotando entre las olas
    y peces y gaviotas comiendo sus residuos;
    cadáveres alfombrando sembradíos
    como festín para cuervos y zamuros
    y familias desmembradas
    y viudas fabricadas
    y huérfanos construidos en serie
    en ambos bandos…a distancia


    Ataques Nocturnos:

    El enemigo aprovecha la noche para asediarnos.
    No es una fiesta
    ni esos son fuegos artificiales;
    es una masacre:
    los soldados caen ante las ametralladoras
    al lanzarse sobre ellas como moscas sobre la miel;
    el NAPALM lo incendia todo a su paso;
    las bengalas que atraviesan la oscuridad nocturna
    hiriéndola como saetas sin destino ni acomodo;
    son balas depredadoras buscando a su presa,
    alcanzando a su víctima
    para morir en ella
    como mueren las abejas al clavar sus aguijones.

    Aquí,
    no hay sitio para súplicas
    no hay lugar para piedades
    no hay tiempo para simpatías
    no hay afectos, ni querencias, ni aprecios
    y el amor es sólo un cuento de hadas
    tan lejano y tardío como las flores en invierno.
    Aquí
    hasta Dante habría temblado de terror
    este es el edén ideal de Jack el destripador
    este es el sueño fiel de Freddy Krueger
    este es el mismísimo averno abriéndonos sus puertas
    minuto tras minuto,
    con cada esquirla
    con cada mortero
    con cada explosión
    con cada sensación
    de desasosiego…

    El enemigo aprovecha la noche para atacarnos:
    Dormir es otra forma de morir…

    Bestias Asesinas:

    Ya no importa quien tiene la razón;
    quién obra por justicia,
    quién obra por codicia…
    La guerra nos iguala
    al igual que la muerte;
    su hermanastra.

    Despiadados somos todos
    empuñando los fusiles.
    Desalmados somos todos
    apuntando las metrallas;
    los morteros no preguntan
    si eres vil o eres honesto
    y las balas no disciernen
    al infante del adulto.

    Y la guerra nos iguala
    como a bestias asesinas…
    ¡como a bestias asesinas!


    Naturaleza Indiferente:

    ¡Qué extraño!
    La serena calma;
    junto al rumor alegre de arroyuelos,
    al trinar melodioso de las aves,
    al cantar celoso de los cuadrúpedos
    y más calma
    contrastan totalmente
    con el fragor de nuestras constantes batallas.

    La Naturaleza indiferente
    a los desmanes fratricidas del Homo Sapiens
    sigue su curso evolutivo
    en un desplante invicto y silencioso…

    ¡Cuánta paz Dios mío!
    ¿Cuánto durará?

    PIM PUM PAM

    ¡Fueeeego!

    ¡Y aquí vamos otra vez!
    Recomienza la carnicería

    A La Carga:

    Atrapado en una fosa dejada por la explosión de una bomba
    rodeado de cadáveres ya putrefactos
    sumergido en mi sangre, sudor y lágrimas
    lágrimas resentidas, de desesperación
    y odio y rencor y resentimientos…
    pero
    ¿no sienten ellos lo mismo contra mi persona?
    ¿no es mi adversario tan humano como yo?
    Tal vez incluso tenga una esposa
    e hijos
    una familia que ruega a Dios porque regrese con vida
    como lo hace mi propia familia más allá de este infierno…

    ¡Noooo!
    No debo pensar así, ¡me costaría la vida!
    El adversario es mi enemigo
    es un ser vil y asqueroso,
    un salvaje
    un desalmado
    ¿cómo lo mato si no me convenzo de ello?

    ¿Y cómo me mantengo vivo si no mato a quienes me agreden?

    ¡A LA CAAAAARGAAAAA!

    Mala Película:

    Alucinante
    como una escena surrealista en una película de terror;
    así es nuestro día a día;
    en suspenso, constantemente en suspenso:
    ¿Quién será el próximo en morder el polvo?
    ¿Seré acaso yo?

    De ser así;
    ¿no debería estar ahora en un burdel?
    Rodeado de espléndidas modelos formosas,
    bañado en güisqui y champaña y cerveza,
    consentido y aclamado y feliz…

    Hace siglos que no veo a mi familia;
    ya no puedo recordar las facciones de sus rostros;
    sus sonrisas y emotivas sensaciones,
    por mucho que lo intento
    no consigo visualizar sus caras, sus semblantes,
    ni siquiera sus siluetas,
    sus borrosas, sus etéreas siluetas.
    Lo único que pasa ante mis ojos cuando cierro mis párpados
    es esta mala película;
    esta película borrascosa y tremebunda
    en que somos nosotros las siluetas y los blancos de las balas;
    las esquirlas y las bombas y las armas enemigas…
    es todo lo que veo
    ¡en el sueño y en la vigilia!

    Biblia Empapada:

    Se me mojó La Biblia,
    se me secó el corazón;
    se me olvidaron las oraciones,
    se me cayeron las ilusiones.

    Ya no me queda sino el vacío,
    ya no me otorgan sino balazos,
    ya mis amigos están en fosas
    sin una lápida, sin una cruz.

    Ya no sabemos lo que es la luz,
    todo es tinieblas hasta de día…
    todo es horrendo como un infierno
    como un infierno de malabares.

    Y el desespero todo cancela
    todo lo borra; hasta el recuerdo
    de aquellos días en que inocentes
    jugábamos juntos a los soldados;
    y unos fingían que se morían
    y otros fingían que los mataban
    entre las risas y la alharaca
    de aquella fiesta hecha canción.

    Ya no recuerdo mi tierna infancia;
    tal vez infancia…jamás la tuve.
    Es que esta guerra se me ha hecho eterna
    en este tiempo que; aletargado,
    se hace tan largo sin fenecer.

    Fenezco yo, de a poco a poco.
    Perezco yo, cada minuto,
    y a cada instante un hombre muere
    bajo la lluvia de artillería…

    ¡Dios mío! ¿Por qué nos abandonas?
    ¿Es que acaso…existes?
    ¿Dónde estás que no te veo?

    ¡Devuélvanme mi mal parida FE!


    Odio Fructífero:

    Tengo hambre, tengo sed, tengo sueño, tengo frío,
    Tengo miedo, tengo ansias, pesadillas, tengo hastío.
    Y no para de llover en estos días;
    otros días el sudor nos azotaba sin piedad;
    otros días sólo el polvo nos bañaba en cantidad.

    Siento odio y rencor, resentimiento…
    Tanto tanto que matar no satisface:
    Quiero más; más sadismo, más tortura,
    quiero verlos suplicando inútilmente
    mientras corto poco a poco sus falanges,
    mientras clavo mi puñal en sus entrañas,
    mientras hundo mis pulgares en las cuencas de sus ojos.

    Quiero oírles gritar con desespero;
    quiero verles llorar con frenesí,
    y quiero hervirlos; tal vez, a fuego lento
    y destruirlos tantas veces como pueda
    destrozando sus órganos por dentro.

    Tengo pánico y terror; tengo ansias y apatía
    tengo ganas de cortarles las orejas
    como a toros…como a toros en corrida
    para luego desmembrarlos mientras chillan.

    Quiero…
    Quiero muerte y venganza,
    y más venganza todavía…

    Puro Instinto:

    El suelo se estremece junto a mi alma
    con cada estallido certero,
    con cada atronadora explosión;
    cada vez más cerca,
    cada vez más real
    y alucinante.

    Corremos de un lado a otro
    buscando guarecernos;
    caemos una y otra vez
    comiendo tierra;
    nos alzamos nuevamente
    y volvemos a correr
    de espaldas y en retroceso
    mientras disparamos al frente.

    ¿Dónde están las malditas trincheras
    que cavamos anteanoche?
    En la confusión
    no me percato de los compañeros caídos
    no me doy cuenta que hay heridos a ambos lados de mi cuerpo
    no estoy en mi cuerpo;
    alienado totalmente como máquina sin freno
    corro y disparo,
    disparo y corro
    sin consciencia
    sin razonamiento alguno…

    Ya no escucho
    Ya no veo
    Ya no siento
    Ya no pienso…

    Me he transformado en un reptil
    en una fiera asesina
    en una máquina mortal
    en instinto puro…

    ¡Si!
    Eso es lo que soy ahora:
    ¡PURO INSTINTO!
    nada más!

    Ni Buenos Ni Malos:

    Nos reímos del enemigo en las pausas
    y temblamos ante él en la lucha.
    Es así como sobrellevamos esta guerra:
    poniendo sobrenombres y haciendo sorna del contrario
    para alimentar así el odio que nos impele a creer en la falacia
    de que el contrario –y no yo- es el malo de la película.

    Los descalificamos, denigramos, deshumanizamos;
    para regar así el rencor que germina en nuestras almas
    y para acrecentar el resentimiento que nos permite matar
    sin escrúpulos, sin remordimientos, sin pensar siquiera;
    y para; así,
    mantenernos con vida
    un día más
    una hora más
    un segundo más…

    Pero en las guerras no hay buenos ni malos
    hay intereses creados
    hay tajadas de poder
    hay porciones de territorio
    hay geopolítica e imperialismo
    -¡Codicia en ambos bandos!-

    Pero no hay malos
    y tampoco hay buenos
    sólo hay soldados en las guerras
    tratando de mantenerse con vida
    a fuerza de matar a sus adversarios
    en el frente de batalla…

    Los Civiles:

    Los civiles tienen miedo de nosotros;
    ya no saben si nos trajo algún dios o algún demonio;
    no confían, sólo tiemblan,
    sólo lloran y suplican de rodillas.

    Y es que la muerte está trajeada
    con el verde de campaña;
    con el verde esperanzado de las siembras y las selvas y los bosques.
    ¿Habrá paradoja más cruel?
    ¡Que la muerte se vista con los colores de la vida, es el colmo!

    Los civiles tienen miedo de nosotros;
    Y se esconden al vernos a lo lejos…
    Unos tiemblan, otros gritan,
    otros lloran y suplican
    y suplican por sus vidas…

    ¡Por sus vidas de hojalata!

    Los civiles aterrados tienen miedo de nosotros.

    El Desertor:

    Anuncio mi retirada
    de esta conflagración…
    ya estoy harto y cansado
    cansado de matar
    cansado de morir poco a poco
    tan cansado que prefiero que me fusilen
    de una buena vez.

    Reniego de este rifle,
    de este poncho y de los cascos;
    rechazo las bayonetas
    la cantimplora y las granadas.

    Prefiero que me fusilen
    de una buena vez
    a seguir en este insufrible averno;
    a continuar en este mundo bizarro,
    surrealista y al revés.

    Me confieso desertor
    y objetor de consciencia;
    y con los brazos caídos
    me declaro en huelga de armas
    y me entrego así al amor
    -al amor a mi enemigo-

    ¡NO MÁS MASACRES!

    -¡Preparen…Apunten…!-

    Adiós mundo cruel
    ya más nunca pelearé…

    -¡FUEGO!-

    La Desesperación:

    La desesperación es cruel,
    la desesperación es vil,
    la desesperación es brutal,
    la desesperación es fatal.

    No somos mas que fieras acorraladas
    en los campos de batalla…

    Y el temor nos vence
    y el temor campea
    y el temor se ríe
    y el temor guerrea…

    Un bebé que aún gatea,
    una mujer indefensa,
    una anciana ya vencida
    por la vida
    todos ellos son enemigos
    ante el fragor de la batalla.

    Hasta el llanto inocente de un niño
    se disfraza de amenaza…
    ¿Quién osa preguntar cuál es la fiera más despiadada del planeta?
    ¡Es el HOMO SAPIENS SAPIENS!
    El hombre
    que ha extraviado su humanidad
    junto a su piedad.

    Espectros:

    La personalidad se deforma
    ante tanta aberración dantesca.
    El yo se desintegra.
    Los fantasmas al fin asaltan mis sueños;
    persiguiéndome y exigiéndome cuentas.

    ¿A cuántos habré matado ya?

    Cuerpos desmembrados cubriendo el suelo
    “yoes” desmembrados colmando la mente.

    Los espectros de soldados adversarios
    me gritan entre sueños ¡ASESINO!
    Me acusan de fabricar ataúdes y féretros
    y huérfanos y viudas y llantos infinitos.

    ¡Asesino, asesino, asesino!
    se repite como un eco la sentencia
    que destroza todo signo de cordura…

    Pero ¿qué otra cosa podía hacer?
    ¡Si la ley es matar o morir!
    Matar y morir
    Porque morimos otro poco
    cae vez que cae un adversario
    bajo el fuego insensible
    de los rifles que empuñamos.

    He muerto ya tantas veces
    como enemigos he logrado abatir
    He muerto ya tantas, tantas, tantas veces
    que me provoca reír
    reír para no llorar.
    reír hasta la asfixia
    reír hasta el deceso.

    Otro Adiós:

    Fue cosa de un instante;
    no me dio tiempo de detenerle;
    no me permitió salvar su vida;
    ¿dónde estará ahora su alma?
    ¿Tendremos…alma?

    Fue cosa de un segundo;
    No pude reaccionar a tiempo,
    quedé petrificado ante el evento;
    la llevó a su boca como si fuera un bizcocho…

    y haló el gatillo
    volándose los sesos.

    Aún sin entender lo que allí acontecía;
    me levanté como en cámara lenta,
    moviendo un solo músculo a la vez;
    primero un dedo, luego el otro,
    como si cada una de mis células fibrosas
    le pidiera permiso a todas las demás antes de contraerse;
    así de lento…

    Y luego grité
    con un ¡NO! Tan largo como la eternidad;
    como la vida y la muerte y la vida
    detrás de las sombras de la muerte…

    No pude detenerlo a tiempo…
    ¡no pude!

    Soldado Desechable :

    El soldado es desechable
    Lo importante es mantener la posición
    No ceder ni una micra de territorio
    Vale más un nanómetro de tierra quemada
    que la vida de un batallón de hombres:

    He aquí la lógica de la guerra…

    Los Perros de la Guerra:

    Así hablan los perros de la guerra:

    -Hay que defender el honor
    Hay que defender la Patria.
    Hay que defender la ideología
    Hay que imponer un nuevo orden mundial
    Hay que imponer al hombre nuevo…-

    Terminado el conflicto
    los perros de la guerra
    recogen el Poder
    el resto de la población
    recoge sus cadáveres…

    Tregua:

    Marchamos a casa;
    y hasta los gatos y los perros huyen
    delante de nosotros.

    Los civiles inmutables; nos observan con la ira propia
    de la fiera asesina cuando asecha a su presa.

    Dicen que la guerra acabó…¡por ahora!
    Dicen que nuestros gobiernos
    han decidido firmar una tregua
    para intercambiar prisioneros
    como si fueran barajitas.

    -¡Lo tengo, no lo tengo, lo tengo, no lo tengo!-

    -¡Te cambio a un capitán por diez soldados y un sargento!

    ¡Qué horror!
    Somos solo números
    en los bancos de datos de insensibles computadoras;
    somos solo títeres;
    piezas de un damero
    explosivo y nauseabundo;
    somos juguetes bélicos
    en manos del poder constituido

    Ahora nos darán una medalla a cada uno
    para callarnos la boca,
    para alegrarnos el espíritu…
    Como si una piche medalla pudiera borrar
    las pesadillas que nos aguardan; impacientes, en las noches
    para el resto de nuestras vidas.

    La Guerra que se gana

    Quise escribir un poema épico,
    pero un poema épico sin héroes ni villanos.
    Sin vencedores;
    donde todos fueran vencidos,
    vencidos por el odio y el rencor,
    vencidos por el hambre y por la sed,
    vencidos por el cansancio y la fatiga,
    y por la desesperación y la apatía.

    Vencidos por el pánico paranoico ante la amenaza fantasmal
    Vencidos por los espectros de sus propias pesadillas.
    Vencidos por la intemperie y el fragor de la batalla.

    Quise escribir un poema épico
    donde todos fueran mártires
    y el único victorioso fuera
    ese monstruo impasible e imperturbable que llamamos guerra…

    La tragedia de la guerra sigue acosando como plaga invencible
    a la humanidad toda
    y continúa mostrándonos la peor de sus semblanzas
    ante los ojos atónitos de los siglos y su historia…

    ¿Hasta cuándo escribiremos con sangre los capítulos de nuestra historia?

    Ya basta de himnos y banderas agujereadas;
    ya basta de héroes y de víctimas
    de falsas epopeyas y propagandas embusteras,
    y de fanatismos, xenofobias, segregaciones y demás atrocidades.

    Entiéndase al fin y entiéndase bien:
    La única guerra que en verdad se gana
    es la guerra que JAMÁS se combate…

    He Dicho

    La Guerra Epílogo:

    La guerra trae consigo hambre
    La guerra trae consigo plagas
    La guerra incrementa la miseria del hombre

    Las rencillas se multiplican
    Los odios se encarnecen
    Los xenófobos se multiplican
    como termitas que todo lo devoran.

    Y las enfermedades
    todas las enfermedades…

    El trauma del soldado pasa de padres a hijos y de hijos a nietos
    La desconfianza se arraiga en las familias como cáncer social
    que perdura por centurias y milenios…

    ¿En verdad queremos más guerras?
    Ya es hora de bajar a los héroes de sus pedestales
    y a los mártires de sus cadalsos.

    ¡DILE NO A LA GUERRA!

    Autor: Felipe Antonio Santorelli
    Alias: tonisan
    Caracas (Venezuela)
     
    #1
    Última modificación: 20 de Noviembre de 2010
  2. Alfredo grande merino

    Alfredo grande merino Poeta recién llegado

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    el hombre y la civilizacion no a suprimido nunca la barbarie,tan solo la hizo mas sofisticada.
    Una lastima,saludos amigo
     
    #2
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  3. Jorge Lemoine y Bosshardt

    Jorge Lemoine y Bosshardt MAESTRO

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    Todos los poetas de Mundo Poesía tienen una sensibilidad orgánica fuera de lo común, además de haber pensado profundamente.


    JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
     
    #3
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  4. libeasler

    libeasler Poeta adicto al portal

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    Un llamado de atención para la humanidad, para nosotros mismos.
    Un placer leerte
    Saludos
     
    #4
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  5. Felipe Antonio Santorelli

    Felipe Antonio Santorelli Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Lo más doloroso es que siga idolatrándose la guerra y la violencia y se siga mostrando al mundo como algo heróico y digno de elogio, hasta cuándo pregunto yo
    Gracias por participara abrazos siderales
     
    #5
  6. Felipe Antonio Santorelli

    Felipe Antonio Santorelli Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gracias amigo, por lo que a mi me toca, abrazos siderales desde este rinconcito caribeño y vesuviano
     
    #6
  7. Felipe Antonio Santorelli

    Felipe Antonio Santorelli Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Un grito que espero se agite y perdure hasta que se acaben las guerras, gracias por participar amigo, abrazos siderales
     
    #7

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