Entre hierros retorcidos

¿Dónde quedó ese punto que estigmatiza a la noche
cuando desesperadamente aceleramos el tiempo en nuestros ojos,
dónde dejamos a la calavera que nos muestra su blanco sueño,
su flotación vertical,
la dirección de su índice en naufragio...
Dejaste el viento
para que pase orillando el pensamiento que resbala en carcajadas,
¿dónde está todo ese hechizo estallando continuamente en direcciones cercanas a los besos,
a las constelaciones que se dibujan anclando definitivamente el sueño,
¿dónde está toda la arena del mundo que soportaron el peso
del buscador de leyendas,
del color alegrando una luz sedienta...
Tu nombre no importa ahora
no importa nada lo que pueda decir tu sombra en tu defensa
solo imaginaste un camino
hiciste toda una geometría de la pasión/
Y de tus axilas salieron todos los remos que impulsan el mar.
Hiciste perfume
de todos los hálitos peregrinos/ de basurales de toda la verdad
bifurcada en pantanos ambulantes
y el viento te golpea con su puño
porque el viento siempre compite con otra fuerza.
Entonces sueñas
y recuerdas que te quedó en el bolsillo una cerilla
y prendes a toda la vida en medio de un charco
y al último cuerpo vomitado de una sombra que cayó o se desprendió
de alguién que ejercitaba su dolor a las 4:30 de la madrugada...

 

Me gustó esta sucesión de bellas y por momentos inquietantes imagenes que componen un poema intenso y brillante en su concepción. Un abrazo amigo marquelo. Paco.

 

Buen poema marquelo, con una retórica poética bastante bella. Saludos cordiales poeta

 

Gracias por sus comentarios.

 

Me ha encantado esta forma de expresar el pensamiento, de romper la carne, de agrietar la piel. De vomitar palabras, de digerir pasiones, de quemar la vida...
Encantada de leerte...

 

Gracias lirae muy amable. Un saludo fraterno.