Eón

Hermosa mía,
tu misión en esta vida, es estorbarme,
para que te levante sobre mi cabeza y te lleve hasta el Olimpo de los dioses.
Pero una vez, ahí, ¿ Te asombrarás ante el santo grial de la eterna Juventud ?


Pulcritud, letra de molde. Son tus latidos. Buena caligrafía. Ricos batidos de fresas con leche.


Chocolate puro, y café descafeinado.
Estamos entrenándonos para saltar, por encima del muro de las Lamentaciones.
Y sorber las gotas de sudor y lágrimas, del Universo.
Y beber el agua del Mar, que nos acercará al delirio. Frenando a tiempo, porque nos conformamos


con sólo un trago.


Manná egipcio: Oro, rodio e iridio monoatómicos. También presente en el aloe vera.
Hija mía, todos los días celebraremos fiestas. Las santificaremos.
En una perenne Primavera.
Estemos donde estemos. En el planeta Tierra, o en otros mundos habitados.


Crearemos ingenios para desplazarnos por el espacio inter-estelar.


Serán naves espaciales.
Pero mientras...
Debemos dejar atrás, ese sentimiento de que somos especiales.
Sencillamente, únicos. Mas no preferibles al resto. Todos somos uno.


Un Creador, llamado Eón, que está en nuestros corazones.

 

Excelente poema, saludos, que vaya todo muy bien... es un placer leer.

 

Gracias, amigo.
¿ Te sorprende ?
¿ A que no ?
Todos mis poemas son el mismo.
Pero maquillados, con diferentes expresiones.

 

Me gustaron los últimos cinco versos, nos desplazamos en ese universo, pensando que nadie vale más
que la suma de todos. Un saludo cordial desde Venezuela.