Epígono Crístico

Hoy se juntan los que
mejor me conocieron.

Hoy un sobre dirá lo que
a pocos daré.

Una muerte anunciada,
una muerte en el alba.

Una noche callada,
una pena en el alma.

Algunos oran, otros cantan,
unos ríen, otros lloran.

Y allá arriba o allá abajo,
nace una esperanza.

El papel oraba el ultimo credo:

“Amigos todos, hoy les dejo
pues ya camine el largo trecho.
Aunque poco tengo para darles,
mejor darles poco a poco negarles.
Mi corazón reparto en dos mitades:
una es para mi hermanos, viejos
y para aquellos con quienes comparto sangre
que en verdad me quieren.
La otra es para un hermoso ser
que desde siempre conocí.

Medio corazón mas un sincero abrazo,
acompañado de un inmenso gracias
y el respectivo te quiero,
es para aquellos ángeles que en mi camino conocí.

A mis amigos de verdad,
a los que siempre estuvieron:
les dejo mi alma que a ellos acompañara
y guiara como a golpes y caídas aprendí.

No tengo mas que dar,
pero si algo que pedir:
PAZ al mundo y
AMOR a los niños que su piel quema
y el hambre su fe mata”

El sobre se cerró
y esto termino.

Una frase escondida al reverso de
aquel sobre una luz intensa descubrió.

“No me he ido totalmente.
Uno muere en cuerpo y no en mente.
Viviré así en cada uno que en verdad me acepte,
y así;
burlare a la mismísima muerte”​