Epitafio de un Vampiro.

Caminando por el escenario,
Donde yacen los cuerpos putrefactos
De seres que un día ame.

Y ahora, sola
Vagando en la oscuridad
Escondiéndome por siempre:
Del resplandeciente sol,
De sus rayos y calor.

Con los ojos empapados,
Del más amargo llanto y recorriendo mis labios,
Gotas de sangre;
Que me descubren
Y me hacen recordar
Aquel monstruo que hoy soy.

La locura
Que embarga mi ser,
Y la eternidad, que me condena
A vivir en desesperanza
Por seguir un burdo ideal
Lo que ahora soy,
Solo la muerte
Me lo puede arrebatar.

Observo la distante luna,
Cómplice de mis malditos actos
Anhelando aquel tiempo pasado
Se me perdonara un día? ...
Después de tantos milenios,
Mi conciencia me traiciona,
Me hiere y perfora
La oscura roca que ocupa mi pecho.

De repente
al observar,
La desolación de mi interior
La locura se apodera
De mi ser…
¡Tengo sed!
¡Necesito alimentarme!
De la esencia de otro ser
Para esconder…
Por lo menos un momento
La necesidad de perecer,
Y desaparecer.

Después de saciar mí sed
Con el remordimiento a cuestas
Lloro sentada sobre un epitafio
(Morada de gusanos que un día se alimentaron)
Levanto la cabeza hacia el cielo
Observando el inmenso universo
y allí esta ella:
La oscuridad que me condena
A vivir en soledad
Y desesperanza
Por elegir este burdo ideal
Para toda la eternidad…

Deseo tanto la muerte
Aquella que ha llegado por mí
A tantos seres inocentes
Esa muerte cruel y despiadada
Me podría salvar
De esta maldita batalla.

Sentada espero,
¿La veo a lo lejos?
Se acerca despacio,
Contando sus pasos…
Con sus ojos me observa
Y me condena
¡Pero no es ella!
Es aquel… por quien tanto
Espere.

Una ola de viento rodea
Su cuerpo,
Y mueve su oscura cabellera
Y su largo traje negro;
Mientras su gran figura
Se acerca a mi frágil
Cuerpo
Y allí, frente a mí
Me observa en nuestro
- silencio –
Confundidos…
Nuestros labios se acercan
Entre si
Abriendo paso
Ha tan anhelado beso
Con el que vuelvo
A sentir…
Tanta pasión
Olvidada en mi interior;
Y en el jugueteo de nuestro
- beso –
Sus labios carnosos
Me tientan a morderlos
Pero antes
Siento un dolor
En el corazón
¿Es amor?
¡No!
Fue su daga,
Que lo atravesó.


Sentada espero…
Y por el amor muero.
​

 

Muy buenos tus versos vampirescos. Me gustan los vampiros, recuerdo a Lestat del segundo libro de Anne Rice, pero el de tu poema no se le parece sino, a Louis de entrevista con un vampiro, con toda su culpa, encima, con su deseo de amar... Bellos versos de amor..., de ese amor por el que se puede morir. Bellos final. Abrazos desde Costa Rica y todas las estrellas.

Psdta. Porfa, un poquito más grande la letra.