Era perfecta

Era el sol en el crepúsculo,
grácil nimbo de una hoguera,
era una piedra preciosa,
una cascada de perlas.

Era un invierno nevado,
refulgente luna llena,
arrecife de corales,
era el brillo de una estrella.

En otoño, manto de hojas,
el arco iris tras tormenta,
era notas de un adagio,
el perfil de una pantera.

Era un campo de azahar,
era un ramo de azucenas,
era un cielo de verano
una verde primavera.

Era el mito de Afrodita,
de la Venus su silueta,
una escultura sin mácula,
era tacto de piel tersa.

En la selva era follaje,
catarata gigantesca,
en el mar era oleaje,
era el sumun de belleza.

Todo en ella era hermosura,
era baile, su cadencia,
era beso, era suspiro,
simplemente era perfecta.

 

Una sublimación a la amada, tan común en los poetas como agradable de leer cuando como en tu caso se escribe desde el respeto al lector y a los sentimientos, por muy fáciles o románticos que parezcan.

Te dejo también detalles técnicos.

En este verso en concreto la métrica se va a nueve sílabas puesto que en los octosílabos no es posible efectuar sinalefas en la séptima sílaba.

La repetición de "era" es algo en lo que caemos mucho, no me ha disgustado, le da un aire de verdad al poema.

Saludos.

 

Muchas gracias por tus palabras, Oncina.

Y por el detalle de explicar el tema de la sinalefa en la séptima sílaba, es un tema que desconocía. Muchas gracias.

Un saludo.

 

Vaya loas que dedicas, estimado Raúl. A mí me surge, sin embargo, una pregunta: ¿con tanta perfección, era además divertida?

abrazo
J.

 

Perfecto Raúl una belleza de poema, saludos cordiales.-

 

Pues muchísimas gracias por tus palabras, Isabel. Es un placer crear esas sensaciones en el lector. Un saludo.

 

Claro, "simplemente era perfecta", jeje. Muchas gracias y un abrazo.

 

Muchas gracias, Catia. Un saludo.