Eras la mujer de mi vida hasta hoy.

No sé cómo empezar o mejor dicho como terminar, ha pasado tanto tiempo y ya no queda más aquí. Yo sé que es mi deber respetarme, que a largo plazo todo regresará a su lugar, la vida continua para ti así como para mí. Me voy no por que quiera, sino porque debo. La vida así lo ha querido, nuestro destino estaba así escrito. A veces las cosas no son como uno pensaba, tú te irás y hasta puede incluso que yo en poco tiempo me vaya a recuperar, pero nunca te voy a olvidar. Como voy a olvidar todo lo que me diste sin hacer nada, paz, felicidad, tranquilidad.

Gracias a ti sobreviví muchos golpes, gracias a ti me paré cuando caí, gracias a ti tenía las ganas de seguir. Qué más te puedo decir, me duele tanto que no estés aquí. Te extraño cada día que estamos ausentes, si algo deseo con toda mi alma es que regresemos a lo que éramos antes, que no desapareciéramos como lo estamos haciendo, pero tus decisiones hablan más que mil palabras.
Nunca te voy a ofender, espero no haberlo hecho jamás. Respeto lo que piensas, lo que dices y lo que sientes, aunque muchas veces no entiendo lo que haces. Yo te di todo lo que tenía, no es mucho y al parecer tampoco suficiente. Sé que me quieres pero hasta qué punto sentimos lo mismo, si tú jamás me viste como yo a ti.

En verdad me siento herido, y no por tus palabras, ni tu silencio, por tus acciones. Todo esto me lleva a pensar que fuimos un mal entendido y eso no me deja descansar. Me da tristeza verte partir y más tristeza dejarte ir, pero tú lo decidiste, no te puedo dar mi vida si voy a ser la segunda opción.

Así que este es el final de lo que sea que tuvimos, es un sentimiento agridulce, no puedo más que sonreír al recordar lo bien que la pasamos, lo bien que me hacías sentir. Pero a la vez duele no poder compartir más cosas así, no poder darte mi corazón. Eras la mujer de mi vida hasta hoy.