Eres la nada.

Eres el portador de un cuerpo que la vida te presto
para recorrer más de un camino, que tu sobervia tornó a todos nulos... sin salida.
Eres aquél que corrompe y hace añicos,
ese hermoso pensamiento de que los ojos son las puertas del alma,
por que ver a travéz de los tuyos no provoca más que soledad y desolación,
en donde nadie quisiera entrar.
Eres el portador de los labios más tentadores y crueles,
en ellos conviven tanto el placer como las palabras más crueles
que pudieran ser dichas.
Eres dueño de la esencia con mas colores,
pués nada en ti es transparente.
Eres aquél que nunca provocará lágrimas de felicidad...
Eres aquél, que así cuente con todas las lámparas del mundo,
nunca dejará de ser un ser oscuro.
Eres aquél que así deje a su paso, un manojo de miel,
nunca evitará que el conocerlo, deje un sabor amargo en todo.
Eres el portador de no sólo un cuerpo que ésta vida ...
esta única vida te ha prestado...
Eres aquél, que se esfuerza por malvivirla, día tras día...
Eres aquél que no vale ni la pena más apenada conocer...
Eres un conjunto de miles malos momentos,
que más de uno cambiaría haber vivido a cambio de todo.
Eres portador de los gritos más imperdonables...
de las amenazas más llevadas a cabo...
de las venganzas más vengativas...
de la soledad más solitaria...
del arrepentimiento más culpable...
Eres portador de todo lo que amé...
Eres aquél que destruyó con un esmero macabro,
todo... absolutamente todo lo bueno que alguna vez
(que quisiera olvidar), supe ver en ti.