Es tan sólo una opinión

Creo oportuno pedir disculpas por cualquier intención infectada por el ego en toda creación poética. Es algo que sucede con mucha más frecuencia de lo imaginable cuando, lo que sale del alma es infectado, apenas al instante, en el camino hacia su plasmación gráfica sobre el papel. De hecho es algo tan complicado…

El sentir del poeta jamás puede ser la simple plasmación de un sentir íntimo y personal. Esa creación ha de llegar mucho más allá. Para ello ha de abandonar todo aquello que pueda dar a entender que contiene intención de individualidad, de privacidad. La obra ha de tener, como mínimo, “algo” que de a entender esta intención negadora; ofrecer la mayor universalidad posible ya que el poeta no es más que el mensajero.

Curiosamente, aquí surge la paradoja por la imposibilidad de eliminar totalmente los matices intrínsecos que conlleva la presencia del transcriptor que, además, es también el emisario.

Por otro lado, todo es un poco más complicado. El supuesto esmerado esfuerzo por salvaguardar en lo posible, la universalidad debida a toda poética, está obligada a dar un giro de 180 grados para que ese mensaje llegue al lector y que éste lo comprenda. Se ha de desandar el camino para volver de lo “universal” a lo “particular”. Lo universal ha de ser entendido por el individuo. La objetividad ha de ser traducida y entendida por lo subjetivo para que el ciclo sea completado correctamente.

Con todo esto quiero decir que, de no comprender que toda realidad poética es un acto pendular de constante ida y vuelta, al que no le está permitido descansar, no podremos advertir lo importante que es cuidar ese ritmo sobre el que se sustenta todo palpitar poético. Y estaríamos contribuyendo a su degradación

 

Se puede estar de acuerdo o no pero sin duda es interesante y reflexivo el contenido, gracias por compartir.

Saludos,

Palmira