Es toda claridad. Soneto.

Por fin la claridad llegó perlada

de un halo celestial galante y puro;

su tempo dio a mi frente su conjuro

y versos a mi pluma desatada.


Llegó con un olor a madrugada,

a tibia desazón, a Dios, lo juro;

por fin la claridad mató lo oscuro

volcando amanecer en mi mirada.


La magia del momento fue presente

en la vivencia azul que generosa

se escribe con ardor incandescente…


Por fin la claridad llegó imperiosa

-divina humanidad omnipotente-

a darse a mi fonema cadenciosa.

 

¡Esteban! O yo me he convertido en un admirador ferviente de tu poesía o es que cada día eres más brillante o las dos cosas. Ya espero tus sonetos con verdadera impaciencia para leerlos y recitarlos que es cuando más los disfruto y luego está tu fuente de la que yo también bebo, esa inagotable que lo es de claridad con que te iluminas.
Abrazos con todos los afectos.
Salvador.

 

Muchísimas gracias, Salvador. Abrumado estoy por tu amable comentario. Solo escribo desde el sentimiento y antepongo la emoción a todo lo demás. Encantado por la Vida le canto como sé. Que te guste tanto mis versos me halaga y me hace esmerarme más en hacerlo mejor. Es una responsabilidad alta que acepto orgulloso. Mil gracias, amigo. Bendiciones. Espero llenar tus expectativas. Un abrazo afectuoso.
Esteban.