es un poema a mi padre

que reloj traes entre los sentidos
que vuelcas el cuello siempre
tardas en mirar las sonrisas
y Tarde llega la mirada de tierna razón

no olvidas nada del fiel puñado de estrellas
Conocías el bien mejor que dios
y levantas un viejo altar a los muertos
olvida que fuimos unos tontos

ten fe en la vida
que nunca pierde
aunque la muerte este allí
ten una tonta lluvia sobre las fresias

as todo y yo estaré
aunque no te acompañe
por eso crece el dolor pardo
por eso crece lo tibio de tus brazos

no tengo valor para pagar.

 

Un exelente homenaje al hombre sabio que dá la vida y deja sus huellas perennes en su prole.

Estrellas, un abrazo y mucha suerte.