Escuela experimental

Las escuelas experimentales suelen ser divertidas.
Hay gente para todos los gustos; los hay parcos, disléxicos, parlanchines por demás y observadores hasta la estratósfera.
En esta en particular somos solo mujeres con nuestros nutricios y maternales abrazos a tiempo.
Por otra parte, las miradas severas que nos desaprueban como maestras indignadas, son ignoradas.
Las alumnas jamás discuten entre si porque curiosamente todas te llaman de "corazón". Es sarcástico hablarle así a alguien que apenas conoces, aunque supongo que no hay mala intención.
Entre todas las mujeres desquiciadas y aisladas delirando, me ha tocado estar lúcida para ser útil sirviendo quizás únicamente para seguir el hilo enredado de sus conversaciones.
Obviamente, me han encerrado por error.