Ese olor a muerte

única y puramente libre,
en lo real y material,
frente a los mortales,
y frente a dios.

Soy libre,
como solo yo lo puedo ser,
libre en las calles,
y libre en la prisión.

Libre para volar,
libre para vivir,
libre para morir,
y libre para elegir.

Soy libre
hacia el mundo,
para los demás,
pero no para mí.

esclavizado de mi ser,
preso de mi sentir,
detenido en mis sueños,
recluido en mis deseos.

toda la libertad exterior,
desvanecida frente al espejo,
donde no vivo ni muero,
donde solo sufro.

nada más que heridas,
alas rotas,
flotas hundidas,
y ese olor a muerte

no hay nada más,
una cárcel imaginaria,
de la que solo escapo,
cuando dejo de volar

Mi libertad se corta,
ya no puedo ser libre,
ni a los demás,
ni a dios, ni a mí.

no puedo vivir ni morir,
no puedo volar ni navegar,
un destierro sin retorno,
sin elecciones ni sensaciones.

solo siento levemente,
ese olor a muerte,
que es mi sombra,
donde no hay luz,

que se extiende
a donde valla,
que se desvanece,
igual que yo.

 

Crudas letras que se dejan sentir, grato leerle

 

gracias, aun que no fue muy grato para mi escribirlas con sangre

 

son las dualidades de la vida aun que quizás no supe expresarme bien, lo escribí y lo subí sin revisarlo bien ni refinarlo.