Ese toro enamorao de cataluÑa

Ha dicho adiós el toro a Cataluña.
Algunos aseguran que lloraba…
Comentan que el morlaco preguntaba:
-¿Y qué hay del sur, Gijón o La Coruña?

Tumbado al sol, limándose una uña,
amargamente el pobre se quejaba.
La plaza, entre ovaciones, reventaba,
pidiendo rabo, orejas y pezuña.

Ya suenan las trompetas y clarines,
el toro es indultado de momento.
Al menos Barcelona y sus confines

serán su monasterio y su convento.
El ruedo se usará para otros fines
más serios y con más conocimiento…[FONT=&quot]

 

Excelente.
Cataluña, tierra libre de sacrificio a los nobles bureles.
Bien dices... el comercio, el espectáculo se irá al sur y a otros tantos rumbos en donde todavía no está prohibido. Las plazas bien sirven para conciertos de rock, entre otras cosas.

Si viviera Quevedo o Góngora, seguro le hubieran dedicado a este suceso uno de sus magistrales sonetos.

 

Seguro que lo hubieran hecho tanto Quevedo como Góngora. Y el resultado hubiera sido espectacular. No en balde has citado a dos de los mejores (Quevedo el mejor) sonetistas de todos los tiempos.
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario

 

Muy buen soneto que sirve para comentar esta decisión tomada por el parlament de Catalunya que salva al toro de la lidia pero no del trato humillante en las fiestas populares. Iremos paso a paso.

 

Yo me lo llevé al río,
a pastar con las ovejas,
donde el canto de los pájaros,
impide oír las viles quejas.

Yo del foro ahora me río,
yo del toro ahora saltaba,
yo del toro ahora gritaba,
¡no más toros en las plazas!

Que los toros, son los toros,
y los tontos, las tontadas,
y me quedo corto, corto, corto,
y no lo llamo salvajadas.


Hay que mentalizar a la gente, aunque es muyyyyy difícil, que la fiesta de los toros, en todas sus formas y festejos, y no sólo de los toros, sino de toda aquella fiesta donde se utiliza a algún animal, para el disfrute de los salvajes, no es propio de personas "civilizadas" Deberían entender que el salvajismo es otra cosa en esta época. Un abrazo

 

Gracias Luis. Iremos, como bien dices, paso a paso. Este es el primero

 

En realidad, amigo Orfelunio, pienso que todos esos festejos salvajes de pueblos y villorrios se deberían prohibir antes que las propias corridas. Es mucho más bestia