Esgrima de "Enzonettos"

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EL RÍO

Lejos de los agrestes duerme el río,
deposita en el fondo del cauce la penosa
carga dejando al corazón vacío,
buscando su destino azul reposa
recordando las altas cumbres donde la rosa
muestra su poderío,
donde la nieve es pura y el aire transparente.
Hoy el campo baldío
flanquea su costado siente la fría losa
bajo sus pies, huyó la mariposa
a los prados de flores y rocío
con la dorada aurora, y la alondra melodiosa
al ver tan cerca un mar profundo y frío.

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HE VISTO

He visto con mis ojos la serpiente
que arrastraba cansina la ribera hacia el mar
y en la brisa que el verde fresno siente,
en la misma, las nubes vi danzar.
Se quemaban de luz caminos sin andar
barbechos sin simiente
corrían las neblinas huyendo de las fauces
de un estío caliente.
He visto acantilados al ave serle hogar
y en duro pedregal la rosa albar.
Amanecía el Sol por el oriente
doraba el horizonte, su luz me hizo soñar
me pareciera un dios de tez sonriente.

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El mar.

He nacido en el medio del desierto
mas me hablaron del mar y se atoró en mis sueños.
Quería yo saber si eso era cierto:
espacio enorme y líquido, sin dueños
de cuya inmensidad gozaban los isleños.
Quise buscar un puerto,
llave del paraíso de esas azules ondas,
bogar a cielo abierto,
y ahí arriesgar mi vida con todos mis empeños.
Mas recibí advertencias de porteños,
dijeron que a su modo era un desierto
de soledad inmensa, de abismos y despeños.
Causome tal verdad gran desconcierto.

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BELLA GUAJIRA

Navegaba la quilla un mar salado
cadenciosa avanzaba por una angosta estela,
de perfil marinero y rostro ajado,
en la proa el azul y el alma en vela.
Pone rumbo a una estrella la vieja carabela
renunciando al pasado,
más allá de la línea que marca el horizonte
desandando lo andado.
Juguetea la nube con la aurora modela
un deseo de amor de piel canela
una dulce sirena ha despertado
de pie en el malecón la guajira le anhela
voy siguiendo su voz enamorado.
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Estelas en la mar.

Me trae el viento aromas, mar salado.
Me despierta recuerdos, aquello que perdí.
Hace tiempo que daba por sentado
que nada recordaba ya de ti.
Mas vienes con el mar, estás dentro de mí.
Tan joven, tan amado.
Conduces esa lancha que abre estelas al mar.
Estabas tan tostado.
Cantabas cual marino, y el canto te seguí.
Grato tiempo contigo compartí,
mas todo fue cambiando y se ha acabado,
se rompió aquel romance, voló lo que sentí,
solo el mar con su aroma lo ha invocado.

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MI PLÁCIDO AZUL

Vengo a pedir tu magia fiel amante,
te pagaré con lágrimas como la bella Helena,
son del amor de un marinero errante
de mirada profunda y tez morena
como un brillo irisado de mar sobre la arena.
En sus hombros de atlante
edifique fastuosos palacios y jardines.
Mi caballero andante,
sobre un corcel de espuma surca tu luz serena
y se adentra en mi sueño, es esta escena
que sana en mí el dolor de estar distante.
Me falta su voz, bálsamo de la angustiosa pena,
pídele que en tus olas dulce cante.

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Es el mar.

Es el mar un espacio rumoroso
que arrulla con sus olas, instrumentos de viento.
A veces es su canto doloroso
que suena como aquello que yo siento.
Es en tonos menores de dulcísimo aliento
tan suave y misterioso.
Mas otras es alegre y brillante con su azul,
y el canto es amoroso,
y quiero navegarlo, hundirme en su elemento,
hacerme una con él, copiar su acento.
Mas luego se encabrita y es monstruoso,
igual cuando te enojas y llorosa te enfrento
si te hiere la duda por celoso.​

 

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Son tus ojos mar

Son tus ojos maléfica riqueza,
cegadores destellos de oscura aguamarina
late el órgano grave sutileza
sube la escala lánguida y divina
la ninfa de Neptuno con su voz coralina
en un pianísimo empieza.
Baila el hada armonía sobre sus notas tristes,
la ruda fortaleza
de bretes y alabardas su dulce lira mina.
La bella dama pálida ilumina
melancólica la tenaz maleza
que enmudecía el canto, tímidamente trina
la musa del amor y la belleza.

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Aroma de vainillas.

Cuando escribes azules maravillas
como gotas de lluvia cayendo en mi ventana,
tintinean su canto como astillas
desprendidas de un tronco de avellana.
Es un canto que alegra y me surge la gana
de escribir mis cosillas.
Esos versos de amor, que desnudan el alma,
los que te hacen cosquillas,
y en tu verso la risa se desgrana,
estrépito sonoro, cual si fuera campana.
Se arrebolan al viento tus mejillas,
y el estruendo en el aire llega a zona serrana
que nos trae de vuelta, aroma de vainillas.


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SUENA TU VERSO

Como una especia del preciado oriente
de la Petra enigmática de arábigo tesoro,
frágil rosa de pétalo turgente
es el cáliz de amor del verso de oro.
Cántame ruiseñor que tu caricia imploro
adormece mi mente
con melodiosa flauta mi enamorada Euterpe,
tu poesía es lente,
reverbera en el alma tu diapasón sonoro,
brilla tu voz en mi anodino coro
tornando el mármol pasional y ardiente,
regresan en la brisa los besos que yo añoro
de un tímido candor adolescente.

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PASÓ EL INVIERNO

Ya es primavera, el prado en flor se llena,
inmerso en mi versar estornudé, deprisa
corrió la musa, rumbo la alacena
bien me conoce, guarda en la repisa
detrás de un pan de molde, que nadie supervisa
remedio a mi condena,
histamínicas píldoras para la nariz,
dióme seis en la cena.
Calmado ya el apéndice la musa muy sumisa
cambió los temas con una sonrisa
evitando la lírica azucena
porque al verme la cara le estallaba la risa
me habló de oasis y un montón de arena.

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Ah ya entendí...
Bien, a mi his-ta-mí-ni-cas píl-do-ras me da ocho en este hemistiquio y para la nariz me sigue dando seis, el tema de forzado o no forzado al ser una apreciación personal no puedo opinar. Solo decir que me pareció que se producía un giro hacia un aire más humorístico, a tenor de la palabra desparranco o "quedarse cojo y manco", "arrancarse con toses", expresiones que me inclinaron a valorarlas hacia un cambio formal, hacia el humor, que igual no és, ya digo la opinión personal es eso, opinión personal. Saludos.

Por cierto en el poema bienestar falta un verso enterito

 

Es misterio de vida.

Es que es como el amor la primavera,
pues crece de repente generando alegría,
en todo es equilibrio como esfera.
Las aves cantan, gran algarabía,
hay bullicio, calor y se ilumina el día.
No tolera una espera
está dentro del alma pero te incendia el cuerpo
y brota donde quiera,
no importa si es jardín o es en la plena vía.
Mujer adolescente seguro lo porfía
o alguna que ya tarde lo quisiera.
Es misterio de vida y entonces se confía,
todo podría ser si se emprendiera.

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Recordemos que el reto implica responderle de alguna manera a la entrega anterior, según las pautas descritas al comienzo.

Despierto del delirio en desazón.
Y es el profundo gris de estas cuatro paredes
lo que carcome el mustio corazón
que no escapa de tus mortales redes.
Confieso, algunas veces, quisiera que te quedes.
Bálsamo es la ilusión,
ceja el dolor eterno con estupefacientes.
No es droga la cuestión.
Es el extraño amor que en inyectar no cedes.
Cicuta, miel y acónito me puedes
ofrecer en las horas de pasión.
Tal vez llegará un día en el que inerme ruedes
como piedra en un río, sin timón.​

 

La vida es presente.

Es muy triste el saberte así agobiado
con la salud en franco receso y rebeldía.
Sobre aquel alto risco encaramado
haciendo frente al viento que te lía.
La vida te seduce y luchas con porfía
por estar de este lado
amándola y gozando su amor y su pasión
que siempre te ha ofrendado.
Le sigues prometiendo lo que siempre quería
que siempre estés con ella, noche y día,
y que nunca te vayas al pasado,
y luchas con denuedo contra esa horrenda arpía,
la muerte, que en la mira te ha enfocado.


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La vida.

Mejor es que a la muerte la olvidemos,
es tan solo ese límite, línea de frontera
a la cual llegaremos aun sin remos
en este navegar de nuestra era.
Mas la vida está aquí, será la compañera
amante que queremos,
que ofrece de este mundo su luz y sus delicias.
No la desperdiciemos,
gocemos su calor, su voz tan bullanguera.
Disfrute cada quien a su manera
y hagámosla lucir y no olvidemos
que es magnífico don, mas el tiempo no espera
apuremos la copa que tenemos.​

 

Incendio.

El tiempo es un continuo movimiento.
Así se acaba el día y vuelve a comenzar.
A veces nos produce cruel tormento,
pues nos duele que siempre ha de avanzar.
Quisiéramos quedarnos, si al hacernos gozar,
nos deja sin aliento.
Cuando el amor nos hiere, siempre queremos más
estar en su momento.
Mas lo que está viviendo siempre se ha de acabar
y el amor siendo vivo ha de expirar
iniciándonos tiempo de lamento.
Tan solo hay un remedio, a otro amor buscar,
que nos incendie con su advenimiento.


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Cierta clase de incendio

¡Qué incendio nos quemara hasta la muerte!
Hay cosas que en la vida doliendo son mejores.
Hay flamas que con llagas traen suerte,
la fortuna del vivo y sus errores,
los sellos de existencia de despechos y amores.
Eso pienso al quererte,
porque ha sido la flor saliendo de una grieta,
de una almena o de un fuerte.
Hay falta de temor y ausencia de dolores
si el candente espectáculo pintores
celestiales lo traen al moverte
cada fibra recóndita, repleta de sabores.
No trates, si me acerco, de abstenerte.​

 

Creamos universos.

Estás lejos y cerca de mi pecho
y me tiembla la voz cuando leo tus versos,
pues esto que nos une es tan estrecho
cual pieles abrazadas, roses tersos.
Sensaciones intensas de tenores diversos,
como estar en un lecho
compartiendo el espacio, coincidiendo en el tiempo.
Ilusión en acecho,
nos hace hervir la sangre y en el calor inmersos
de ese sueño, creamos universos,
ahí donde el amor se vuelve un hecho
y nada lo limita, ni hay límites adversos.
Nos deja el sentimiento, satisfecho.​

 

Colapsan en un punto las estrellas.
Es ira, y ni almanaques ni distancias
pueden borrar el peso de las huellas
de un olvido preñado en petulancias.
Para tanto desprecio volcaría asonancias,
las mismas con que sellas
un final que se seca de lágrimas sin rumbo.
Veo cómo embotellas,
en capullos de arañas, lo que fuera abundancias
en madejas de enojos y arrogancias.
No me quedan ni risas ni querellas.
Solo un hueco viviente de fragancias.
Y sin embargo, ¡tantas fueron bellas!​

 

Es la distancia.

Siento que no es olvido, es la distancia.
Es tal vez que mis sueños tu rumbo ya no encuentran.
Tu aroma no lo siento ya en la estancia.
Tus versos se dispersan, no se centran.
Han perdido su ritmo, en mi alma no se adentran.

¿Será tal vez el ansia?
¿No será que ya el vínculo es débil o se ha roto?
¿no habrá ya resonancia?

Ya mis sueños divagan, en ti no se concentran.
Se pierden en angustias, dudas entran,
pero extrañan tu arrullo y tu fragancia.
Puede ser que otra noche nomás se reencuentran
como la vez primera en su vagancia.
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EN LA CERCANÍA

Como gotas de sol, cristal del cielo,
llega el calor de tus pupilas vivas.
Juntos, es cierto, juntos en el vuelo,
en el nido, el amor, las perspectivas
de un futuro sencillo, simplezas adictivas
defendidas con celo.
Este mundo es un pozo de mentiras sin brújula,
lanzándote un anzuelo
con hiel a cada instante, un racimo de ojivas
nucleares del odio, de masivas
lenguas que nunca callan fuego y hielo.
Tal vez un día ya no lo pervivas.
Será mi día de indecible duelo.​