Espalda del momento con botones.

Amaneciendo en soledad
despierta del letargo erosionada de caricias
y se viste de dogmas y artificios,
de preguntas sin respuestas.
Es decir,
va vertiendo el traje con sus dedos
y lo encaja como un sueño
deseando un desnudo más constante.
Su espalda es una tormenta bravía
contra el acantilado de su cuerpo.
Me pregunto qué suma de sorpresas
dormiría en el hueco de sus manos,
por el asombro de los botones
apostaría a que está zurcida
con hilos de oro y dudas,
de plata y desconcierto.
Promesas de vivir muriendo a veces.

Me recuerda a un escaparate cerrado.

 

La imagen es impactante la verdad, da casi escalofríos y el poema una delicia, ¿te doy un consejo? haz más!!

Abrazos

Palmira

 

Una grata lectura sin duda compañero, me gustaron sus delicados versos, perfectamente enlazados. Saludos.

 

Gracias Palmira, eres muy amable. Me alegra que te guste, más si cabe tratándose de una acreditada autora surrealista.
Fuerte abrazo.

 

Saludos cordiales, Lebowsky. Gracias por detenerte a comentar. Fuerte abrazo.

(buen ojo, te agradezco la corrección)

 

Saludos y mil gracias estimado poeta, por el atento comentario y la generosidad al reputar.
Te dejo un cordial abrazo.

 

Engel, me pareció muy bueno el poema. Enhorabuena, saludos.

 

Saludos, Pessoa. Muy gentil tu comentario. Gracias por pasar.

 

Saludos cordiales, tribu. Gracias por detenerte a comentar.

 

Saludos, Rosmery. Gracias por detenerte y dejar tu aporte. Un placer para mi conocerte.

 

Una imagen de esa señora soledad que se viste hasta arriba sin dejarse tocar por nada, aunque su cuerpo lo desee pero su razón le niega. Buen poema, dejando una estela de belleza y tristeza. Al menos eso vi yo, en esta parte del surrealismo, casi nunca me atrevo a comentar. Felicitaciones Engel, es una buena poesía. Saludos

 

Saludos cordiales, Solista. Gracias, eres muy amable en tu comentario. Fuerte abrazo estimado poeta.