Espantapájaros (Soneto Melódico)

Un fantoche de paja y serrín lleno
vigilaba ignorante unos cultivos
pelirroja su tez por el centeno
y harapiento de juicios reflexivos.

Se burlaban los cuervos de su heno
por la noche atacándole furtivos
devorando su finca y su terreno
con afanes en suma destructivos.

No entendía este mártir qué pasaba
sin cerebro ninguno ante esos pájaros
que arrancaban sus brotes y semillas.

Sus graznidos ya apenas soportaba
cuando entonces aquél espantapájaros
vio una luz de baldosas amarillas.
​

 

Sí, señor. Humildad.
Somos muñecos con aliento de vida.
La vida es magia, y la magia, contundente.
Así que por eso existe el deporte.