Espejismos

Hace unas semanas volvía de una fiesta privada.

Rehén de este extraño contexto intro pandémico.

Donde aparentemente respondí un gesto positivo.

Resistí como pude, no por mucho tiempo y asentí.


Recuerdo que todo inició aquella rara madrugada.

Cuando a dos cuadras de casa vi un espejo de pie.

En el que me reflejé sonriente y de gran potestad.

Obviamente lo llevé conmigo y lo dejé en el living.


Aturdido me duché para tomar un sueño profundo.

Es una vieja técnica para descansar intensamente.

Salí del baño en toallón y miré recto hacia al espejo.

Me vi bello y robusto, fruto de la borrachera pensé…


A veces sostengo la intensión insaciable de correr.

Pero el espejo malévolo insinúa que ya somos uno.

El ansia de salir a la calle ante la parvedad psíquica.

Mas esta soledad despótica que atormenta y asfixia.


Cuando te llevaron inconsciente en la ambulancia.

Supe que jamás lo lograrías, tu mirada lo dijo todo.

Tuve un sueño enérgico donde hablaste del espejo.

Dijiste que lo conservara, que nos encontraríamos.


El espejo se instalará en tu mente dijiste sonriente.

Observará todos y cada uno de tus pensamientos.

Oculto debajo de mi traje mas vehemente resistía.

Una y otra noche mas, hasta que decidí traspasar.


Aquella voz maldita dijo que no regresarías a casa.

Es mas, dijo fríamente que no volvería a verte mas.

No importa lo que digan, nunca dejaré de buscarte.

Bien sabré cuando me llames y atenderé tu recado.


Entonces osé cruzar dimensiones y pasajes ficticios.

El espejo me ha cedido fuerza e ingeniería genética.

No sé cuantos mundos transpondré mientras viva.

Lo único que sé es que estaremos juntos otra vez.